de Salud y Psicologia
El siguiente texto fue aportado por Fabrica de Sueños (http://www.facebook.com/figurin.estampa) bajo la consigna: "Apuntes de mis clases de psicoanalisis"
Se sitúa la fijeza de la satisfacción como un punto de lo invariante a diferencia del deseo como lo variable, la puesta en escena. Y se afirma que la satisfacción por la vía de un deseo, se sube a la escena.
Se recuerda también que el síntoma en su vertiente de inhibición da cuenta de un deseo retenido, por lo tanto se concluye que el deseo entraña una fijación.
Lo que sostiene la fijeza del síntoma es el goce, al mismo tiempo, el deseo se puede eternizar en el síntoma.
Se sostiene que el sueño le facilita a Freud una vía regia para desarrollar el trabajo de desciframiento, en tanto el sueño hace pregunta, hace enigma. A diferencia del síntoma que siendo lo más conocido, es en lo que menos puede reconocerse el sujeto. El síntoma se basta a sí mismo no demanda ser relatado. El sueño tiene más direccionalidad al otro. El sueño es más evidente portador de un mensaje. Es un jeroglífico, se muestra. El síntoma en tanto jeroglífico demanda del analista, el trabajo del arqueólogo.
Freud preguntándose por el síntoma llega a armar la otra escena. Y cuando se pregunta por la legalidad, plantea el funcionamiento del inconsciente. El sueño le muestra la legalidad del inconsciente. Se ubica también al síntoma, como un mensaje para descifrar. El síntoma inscribe lo incurable que no es lo inanalizable. Se recuerda el 1er. Lacan, que implica un retorno a Freud, al Freud de las leyes del inconsciente; un 2do. Lacan, donde el síntoma queda articulado al valor de goce.
¿Dónde está el cuerpo en el sueño? Se plantea que cuando se liga la pulsión y el deseo. En este sentido el síntoma presenta más dificultad de acceso que el sueño (pues el cuerpo pulsional no está en el síntoma en la primera época). Por otra parte se sitúa que el anudamiento del cuerpo en la satisfacción tiene más peso en el síntoma. Freud no plantea al sueño como la práctica sexual de los enfermos. Sin embargo se ubica que en el sueño del teatro puede pensarse al cuerpo en el placer de ver. Se sitúa una diferencia entre el cuerpo en la primera época freudiana, que es un cuerpo de representaciones, a diferencia de lo que ocurre con la introducción de la pulsión, donde el cuerpo está en relación a la zona histerógena.
El síntoma en los primeros años de la obra de Freud:
- El síntoma adquirió distintas nominaciones en la teorización freudiana: conflicto psíquico, formación de compromiso, satisfacción sustitutiva.
- Freud realiza el pasaje del síntoma uni-determinado hacia la determinación por al menos dos representaciones, unidas por un nexo lógico. Esta diferencia entre la determinación unívoca y la sobre-determinación permite el pasaje de la cura sintomática a la etiología.
- El síntoma implica también el fracaso de la defensa, con el retorno de lo reprimido y la temporalidad retroactiva.
- El síntoma aparece así en psicoanálisis como sustituto del conflicto, respuesta a una historia de padecimientos, historia que no es ajena a la noción de vivencia traumática.
- El síntoma se despliega en la situación analítica.
- El síntoma es ya una interpretación psíquica: en el relato mismo del síntoma está incluida su interpretación
- Freud ubica una sobre-determinación del síntoma, esto significa, entre otras cosas, que esta representación es un significante que sostiene la producción de distintos significados. Incluye el sentido del síntoma, que no es único.
Acerca del deseo:
- En la Interpretación de los sueños, el deseo hace su aparición formal. Se plantea aquí como irreconocible e indestructible, identificado a la tensión que sostiene nuestro psiquismo.
- A partir del deseo Freud arma el modelo de aparato psíquico: instrumento formado por instancias que recortan la realidad. Su fundamento: la vivencia de satisfacción.
- El deseo como motor apunta a su cumplimiento
- En el desfasaje entre lo que se busca y se encuentra se filtra el deseo
- El deseo en tanto inconsciente e insatisfecho constitucionalmente, retorna como formación del inconsciente, no solo en sueños, también en síntomas.
- Los deseos, lo inconsciente y las vivencias infantiles son solidarios. Funcionan como polo de atracción hacia la conciencia, provocando conflicto.
- El deseo como expresión del resultado incompleto de la lucha entre dos tendencias: la que aspira a la satisfacción y la que la repele.
Ubicó la intersección entre deseo y síntoma en la clínica mediante un ejemplo de un sueño (el de la Bella Carnicera). Freud le adjudicaba a los sueños, en ese momento, la posibilidad de curación de los síntomas.
Finalmente planteó que con la reformulación de la sexualidad a partir de la pulsión, se impone el pasaje desde una sexualidad genital a una sexualidad de satisfacción paradójica.
Al cambiar la concepción de la sexualidad, cambia la concepción de los síntomas. También aparece otra dimensión del cuerpo como recipiente de la satisfacción sostenido en las zonas erógenas.
Finalmente, deja planteado la cuestión del síntoma como satisfacción sustitutiva en su dimensión de sufrimiento, a partir de Más allá, con la conceptualización de la reacción terapéutica negativa.
En La interpretación de los sueños Freud responde a la pregunta por la formación del síntoma, y propone un aparato que produce formaciones del inconsciente. Para abordar los conceptos de síntoma, deseo e inconsciente toma como operador a la angustia. La ubica como clave en la determinación de los síntomas y por su carácter erotizado pone al mismo tiempo en juego el deseo.
Acerca del deseo planteó:
- La experiencia de satisfacción implica la producción de deseo inconsciente solidario de la postulación del principio del placer, regulador del aparato.
- El deseo inconsciente sería la consecuencia de la introducción de la experiencia de satisfacción
- El placer de desear: como producto del retorno de lo reprimido, las formaciones del inconsciente ligan el placer de desear, invistiendo las huellas anémicas (trabajo de elaboración del inconsciente)
Con respecto al síntoma:
- Para abordar la cuestión del síntoma partió de la experiencia de satisfacción y la producción de un deseo inconsciente solidario de la postulación del principio del placer.
- se pregunta por su particularidad y por cómo abordarlo en relación al conflicto del cual parte
- diferencia al síntoma de las otras formaciones del inconsciente en función de la repetición y el padecimientos propios del síntoma
- plantea al síntoma como anteponiéndose al estallido de angustia como si fuera un fortín (esto nos remite a la defensa y el conflicto)
- al igual que las otras formaciones del inconsciente: está sobre-determinado, tiene un sentido, es producto del retorno de lo reprimido, es interpretable y expresa un deseo inconsciente.
- es el fracaso de la defensa, producto de este mecanismo, testimonio del conflicto.
- plantea las diferentes teorías de la angustia en relación al síntoma. Así, en la primera versión, la angustia no es efecto de lo psíquico. En la segunda teoría, con la libido, adquiere estatuto psíquico, es uno de los destinos de la pulsión post represión.
- ¿Coincide la formación sustitutiva y la formación de síntoma?
- ¿Se superponen el mecanismo de la formación de síntoma y el de la represión?
Se puede tomar como operadores los conceptos de angustia y de represión para establecer las similitudes y diferencias entre formaciones del inconsciente y síntoma. El deseo planteado en este primer aparato psíquico será la fuerza impulsora común a todo lo producido por el inconsciente.
El síntoma a la altura del seminario 6 de Lacan es el fortín contra la angustia. Aparece la referencia a Inhibición síntoma y angustia, donde el síntoma esta para evitar la angustia. En la primera época de Freud el síntoma esta también en relación a la angustia (psicoterapia de la histeria).
Otro punto de discusión en torno a la diferencia del síntoma con otras formaciones aparece en relación al padecimiento que conlleva el síntoma. Alguien propone que es a partir de que nos queda pegado al malestar que nos es difícil ubicar la relación del síntoma con el cumplimiento de deseo.
Lo difícil es diferenciar lo que se quiere (anhelos) de lo que se desea. Así podría explicarse la molestia del síntoma.
Desde allí la discusión se desliza al lugar del síntoma en la cura. Un primer momento donde Freud propone centrar la cuestión en el levantamiento del síntoma. El síntoma de la histeria era molesto para el discurso medico de la época, el mismo hacia que la autoridad vacile. Cuando comienza el psicoanálisis ya no se trata de levantar el síntoma.
Se vuelve sobre la estructura del deseo, se toman dos vías, la vivencia de satisfacción (repetición) y la vía del sueño de la bella carnicera (insatisfacción).
El síntoma como efecto de la repetición (vivencia de satisfacción).
Dora dice: no se trata de que el paciente no haga más síntoma en su vida, sino que cambie la posición subjetiva. Si hay síntoma hay ahorro libidinal, esto es lo que permite seguir funcionando.
Se dice entonces que allí cambia la idea del síntoma, ya no se define por el malestar.
Freud pasa de pensar el síntoma fenomenológicamente a pensarlo estructuralmente en la última época de su obra.
Surge entonces la discusión en torno al lugar del síntoma en los últimos años. Se dice que así como reformula el sueño no lo hace con el síntoma. Otro ubica cierto recorrido posible en relación a las formulaciones del síntoma: Síntoma en el cuerpo, síntoma como práctica sexual, síntoma neoproducido.
El beneficio primario del síntoma es apuntado como lo novedoso en relación a la versión del síntoma de ese segundo momento de la obra freudiana.
La pregunta que cierra la discusión es si es el síntoma lo incurable al final del recorrido freudiano.
Que el síntoma tenga un sentido va a tomar toda su potencia a partir de la formalización del inconsciente, con el descubrimiento del deseo inconsciente, cuyo camino real ha sido la interpretación de los sueños.
A partir de 1900, en lugar de ubicar un encuentro traumático, Freud pasa a situar un desencuentro como fundamento de la constitución del aparato psíquico. El desencuentro entre sujeto y objeto, (arranque desdichado del sujeto) que se produce a partir de la experiencia de satisfacción, introduce el objeto perdido y el deseo, que apunta al encuentro con el objeto, pero en su lugar reencuentra sus huellas. Por eso Freud dice que "el aparato psíquico no puede hacer otra cosa que desear".
Los sueños le han servido a Freud para ubicar cómo trabaja el aparato psíquico, formalizando los sistemas Inconciente, Preconciente – Conciente y sus leyes de funcionamiento. Proceso primario y proceso secundario como modos de trabajo de los sistemas. El primero, con su energía móvil, permite la condensación y el desplazamiento, dos mecanismos que constituyen el modo en que se articulan las representaciones. El segundo, resulta de la inhibición del primero, la energía está ligada.
Las formaciones del inconsciente son efecto del cruce y oposición entre estos dos procesos, produciendo efectos de sentido.
En términos de Lacan, efectos que se producen a nivel de la cadena significante, determinados según las dos vertientes generadoras de sentido: la metáfora y la metonimia.
La VERSCHIEBUNG o desplazamiento, ese viraje de la significación que la metonimia demuestra y que se presenta como el medio del inconsciente más apropiado para burlar la censura. La metonimia es posible por la circunstancia de que no hay ninguna significación que no remita a otra significación y donde se produce la poquedad de sentido. El deseo es la metonimia de la carencia en ser. El deseo como motor del aparato.
La VERDICHTUNG, condensación, es la estructura de sobreimposición de los significantes, donde toma su cuerpo la metáfora. La metáfora es cierto paso del sujeto al sentido del deseo, da un plus de significación, (así la metáfora queda ligada a la cuestión del ser).
Del sueño al síntoma:
Se planteó que la apuesta de Freud es explicar el síntoma por el sueño. Hay una plena identidad entre las peculiaridades del trabajo del sueño y las de la actividad psíquica que desemboca en los síntomas.
El sueño es un cumplimiento de deseo porque es una operación del sistema inconsciente, por lo tanto no puede ser su única exteriorización. El síntoma es otra forma anormal de cumplimiento de deseo. Esta estructura de lenguaje, que más intuitivamente Freud había advertido en los síntomas, es la que hace posible la operación de lectura de todas las formaciones del inconsciente. Trabajo de descifrado en su valor inconsciente, de representación en representación, produciendo un sentido nuevo, cierta verdad singular para el sujeto y en este momento para Freud, cierta resolución de los síntomas.
El deseo inconsciente que se realiza en el síntoma hace referencia a cierta significación, algún sentido cristalizado, pero al mismo tiempo como no puede significarse, resiste a la significación, soporta un deslizamiento permanente de sentido.
Se tomó el sueño de la Bella Carnicera como paradigma para pensar esta reformulación del estatuto del síntoma. La paciente sueña que quiere dar una cena y no puede porque solo tiene un poco de salmón ahumado. Es respuesta a la demanda de su amiga de venir a cenar a su casa. El deseo de la paciente es el de que a su amiga se le deniegue un deseo: el de engordar. El sueño cumple su deseo de contribuir en nada a redondear las formas del cuerpo de su amiga para que no le guste a su marido, porque a éste le gustan gorditas. Esa es la línea del cumplimiento de deseo en el sueño.
Por otro lado, Freud descubre que la amiga tiene el mismo comportamiento hacia el salmón, que la bella carnicera respecto del caviar: lo quiere pero le pide a su marido que no se lo dé. El salmón está aquísustituyendo al caviar. Nos propone entonces el sueño como metáfora del deseo (sueña con salmón y no con caviar). En tanto el caviar, que no aparece en el sueño porque ha sido sustituido por el salmón, queda articulado metonímicamente a la cadena significante en tanto significa –simboliza- al deseo insatisfecho.
Entonces, Freud dice "el sueño cobra una nueva interpretación, alude a su amiga, se ha identificado con ella (…) como señal de esta identificación se ha creado el deseo denegado en la realidad. O sea, "se ve precisada a crearse en la vida un deseo insatisfecho".
La identificación: un articulador entre deseo y síntoma:
El concepto de identificación permite precisar la articulación entre síntoma y deseo. En este caso la identificación histérica: "¿Qué sentido tiene la identificación histérica?". Con esa pregunta Freud se desliza del sueño al síntoma: "La identificación es importante para el mecanismo de los síntomas histéricos…", dice.
Entonces, a partir del análisis de este sueño Freud deduce la identificación histérica, pero eso le permitearticular el deseo insatisfecho al síntoma: se crea un deseo insatisfecho en la vida, dice Freud ¿cuál? el decaviar.
La identificación histérica es articulada también con el síntoma del internado de señoritas, en una referencia de Freud incluida en el análisis de este sueño. El ataque histérico como resultado de la identificación a una situación de deseo (una amiga que recibe una carta del novio) "eso acaba en la realización del síntoma temido".
También se tomó un ejemplo del Cap 7 de Psicología de las masas, donde el síntoma de la tos es el resultado de la represión del deseo por el padre. Freud dice "la elección de objeto se sustituye por una identificación" que se juega en el síntoma. Deseaba tener al padre, ahora lo tiene en su tos, tratándose en este caso, de la identificación edípica.
1) Realización de deseo y cumplimiento de deseo.
Se diferenciaron dos desarrollos en Freud, sobre el deseo. El primero, el deseo como moción que apunta al objeto perdido: una tensión irreductible que quiebra el marco de la homeostasis del principio de constancia, corriente que arranca del displacer y apunta al placer, lo único que pone en marcha al aparato psíquico –motor-. Donde el deseo se sostiene en la falta de objeto y es resto de la experiencia de satisfacción. En esta vertiente se ubicó la realización de deseo en la pantalla del sueño, acentuándose que permite ligar los elementos perturbadores. Orden del desplazamiento.
El segundo, un deseo que se figura como cumplido en las formaciones del inconsciente (wunsch, anhelo) ocumplimiento de deseo.
Se indicó que el término alemán utilizado por Freud es Wunscherfüllung, cuya traducción al castellano sería "cumplimiento de deseo" mientras que al francés "realización de deseo" y que Strachey utiliza las dos traducciones indistintamente.
Sería esta segunda vertiente, el cumplimiento de deseo, uno de los ejes que le permite a Freud armar la serie de las formaciones del inconsciente. Central para la modificación conceptual del síntoma, que pasa a constituirse como una formación sustitutiva de un conflicto entre el yo y un deseo inconsciente reprimido.
Para ejemplificarlo, se ubicó una relectura del síntoma de Elisabeth como respuesta al conflicto psíquico ante el surgimiento de un deseo erótico, el deseo por un hombre, resuelto mediante la represión y la sustitución: ahora no es ni "la enfermera del padre", ni "la mujer de un hombre", sino "una enferma como el padre"; donde puede ubicarse cómo el concepto de identificación comienza tempranamente a adquirir importancia teórica para precisar la articulación entre síntoma y deseo.
2) Se diferenciaron también dos desarrollos de Freud a partir de sus preguntas respecto al deseo en su relación con el síntoma. No es lo mismo preguntarse ¿Qué desea un paciente?, a preguntarse ¿Desde dónde desea?
Frente a "¿qué desea?", responde con el Wunsch, el anhelo. En el H. de las ratas, Freud ubica el síntoma de la compulsión a adelgazar como resultado de que se cumple el deseo de matar a Dick –rival-. ¿Por qué? Porque en alemán gordo se dice «dick». El síntoma se produce a partir del encuentro de dos cadenas que tiene lugar en el Otro.
En cambio, cuando Freud se pregunta "¿desde dónde desea?", es decir, en qué se sostiene el deseo, responde con la articulación entre deseo, fantasía, síntoma e identificación. En Dora y en relación a su síntoma de la tos, Freud se pregunta desde dónde desea y lo ubica a partir de una identificación con el padre, figurado en el síntoma con la fantasía de fellatio que allí halla un sustituto. La articulación entre el síntoma (tos) y el deseo (Dora interesada por lo que ocurre entre el padre y la sra K) se sostiene en la identificación viril: desde el lugar de un hombre se pregunta por lo femenino. El síntoma es la respuesta a la pregunta no formulada.
3) Cierta función del síntoma histérico y obsesivo respecto del deseo.
Fue mencionado ya, en el sueño de la Bella Carnicera, cómo Freud ubicó al síntoma histérico permitiéndole procurarse a la histérica un deseo insatisfecho (caviar).
En cambio, el síntoma obsesivo protege del encuentro con el deseo al anular el intervalo. En el historial del hombre de las ratas, Freud realiza el mismo movimiento que para el síntoma histérico: va del sueño al síntoma obsesivo.
Se tomaron dos ejemplos de "fórmulas protectoras":
-Contar hasta 40 entre trueno y rayo.
-La invención de una palabra compuesta por extractos de plegarias para decir muy rápido, y así evitar que irrumpa la blasfemia en el medio de la frase: "Glejisamen". Igualmente ahí irrumpe lo que perturba porque es un anagrama de "Gisela (amada) semen"
Se trata de síntomas que intentan anular el intervalo donde se pondría en juego el deseo. Pero en el síntoma se infiltra el deseo y por eso Freud interpreta el "Glejisamen" como un anagrama.
Síntoma, deseo e inconsciente
Se piensa entonces al síntoma como una solución de compromiso a ese conflicto de deseos contrapuestos. Se destaca al deseo como la singularidad de este compromiso. Se ubica la diferencia entre el deseo inconsciente y el anhelo. El deseo inconsciente como indestructible, inmortal que se figura como cumplido. Se distingue el deseo como motor del deseo que se cumple en el sueño. Se discrimina la fijeza del síntoma como distinta de la variabilidad de los sueños, en relación al deseo. Esos mismos deseos que se realizan en el sueño también se realizan en un síntoma. Se destaca la importancia de la puntuación dado que el deseo es su interpretación.Se ubica a la puntuación del analista en lo indecible del deseo y la realización del deseo como su puesta en escena.Se sitúa la fijeza de la satisfacción como un punto de lo invariante a diferencia del deseo como lo variable, la puesta en escena. Y se afirma que la satisfacción por la vía de un deseo, se sube a la escena.
Se recuerda también que el síntoma en su vertiente de inhibición da cuenta de un deseo retenido, por lo tanto se concluye que el deseo entraña una fijación.
Lo que sostiene la fijeza del síntoma es el goce, al mismo tiempo, el deseo se puede eternizar en el síntoma.
Se sostiene que el sueño le facilita a Freud una vía regia para desarrollar el trabajo de desciframiento, en tanto el sueño hace pregunta, hace enigma. A diferencia del síntoma que siendo lo más conocido, es en lo que menos puede reconocerse el sujeto. El síntoma se basta a sí mismo no demanda ser relatado. El sueño tiene más direccionalidad al otro. El sueño es más evidente portador de un mensaje. Es un jeroglífico, se muestra. El síntoma en tanto jeroglífico demanda del analista, el trabajo del arqueólogo.
Freud preguntándose por el síntoma llega a armar la otra escena. Y cuando se pregunta por la legalidad, plantea el funcionamiento del inconsciente. El sueño le muestra la legalidad del inconsciente. Se ubica también al síntoma, como un mensaje para descifrar. El síntoma inscribe lo incurable que no es lo inanalizable. Se recuerda el 1er. Lacan, que implica un retorno a Freud, al Freud de las leyes del inconsciente; un 2do. Lacan, donde el síntoma queda articulado al valor de goce.
¿Dónde está el cuerpo en el sueño? Se plantea que cuando se liga la pulsión y el deseo. En este sentido el síntoma presenta más dificultad de acceso que el sueño (pues el cuerpo pulsional no está en el síntoma en la primera época). Por otra parte se sitúa que el anudamiento del cuerpo en la satisfacción tiene más peso en el síntoma. Freud no plantea al sueño como la práctica sexual de los enfermos. Sin embargo se ubica que en el sueño del teatro puede pensarse al cuerpo en el placer de ver. Se sitúa una diferencia entre el cuerpo en la primera época freudiana, que es un cuerpo de representaciones, a diferencia de lo que ocurre con la introducción de la pulsión, donde el cuerpo está en relación a la zona histerógena.
El síntoma en los primeros años de la obra de Freud:
- El síntoma adquirió distintas nominaciones en la teorización freudiana: conflicto psíquico, formación de compromiso, satisfacción sustitutiva.
- Freud realiza el pasaje del síntoma uni-determinado hacia la determinación por al menos dos representaciones, unidas por un nexo lógico. Esta diferencia entre la determinación unívoca y la sobre-determinación permite el pasaje de la cura sintomática a la etiología.
- El síntoma implica también el fracaso de la defensa, con el retorno de lo reprimido y la temporalidad retroactiva.
- El síntoma aparece así en psicoanálisis como sustituto del conflicto, respuesta a una historia de padecimientos, historia que no es ajena a la noción de vivencia traumática.
- El síntoma se despliega en la situación analítica.
- El síntoma es ya una interpretación psíquica: en el relato mismo del síntoma está incluida su interpretación
- Freud ubica una sobre-determinación del síntoma, esto significa, entre otras cosas, que esta representación es un significante que sostiene la producción de distintos significados. Incluye el sentido del síntoma, que no es único.
Acerca del deseo:
- En la Interpretación de los sueños, el deseo hace su aparición formal. Se plantea aquí como irreconocible e indestructible, identificado a la tensión que sostiene nuestro psiquismo.
- A partir del deseo Freud arma el modelo de aparato psíquico: instrumento formado por instancias que recortan la realidad. Su fundamento: la vivencia de satisfacción.
- El deseo como motor apunta a su cumplimiento
- En el desfasaje entre lo que se busca y se encuentra se filtra el deseo
- El deseo en tanto inconsciente e insatisfecho constitucionalmente, retorna como formación del inconsciente, no solo en sueños, también en síntomas.
- Los deseos, lo inconsciente y las vivencias infantiles son solidarios. Funcionan como polo de atracción hacia la conciencia, provocando conflicto.
- El deseo como expresión del resultado incompleto de la lucha entre dos tendencias: la que aspira a la satisfacción y la que la repele.
Ubicó la intersección entre deseo y síntoma en la clínica mediante un ejemplo de un sueño (el de la Bella Carnicera). Freud le adjudicaba a los sueños, en ese momento, la posibilidad de curación de los síntomas.
Finalmente planteó que con la reformulación de la sexualidad a partir de la pulsión, se impone el pasaje desde una sexualidad genital a una sexualidad de satisfacción paradójica.
Al cambiar la concepción de la sexualidad, cambia la concepción de los síntomas. También aparece otra dimensión del cuerpo como recipiente de la satisfacción sostenido en las zonas erógenas.
Finalmente, deja planteado la cuestión del síntoma como satisfacción sustitutiva en su dimensión de sufrimiento, a partir de Más allá, con la conceptualización de la reacción terapéutica negativa.
Las Prácticas Hospitalarias
En La interpretación de los sueños Freud responde a la pregunta por la formación del síntoma, y propone un aparato que produce formaciones del inconsciente. Para abordar los conceptos de síntoma, deseo e inconsciente toma como operador a la angustia. La ubica como clave en la determinación de los síntomas y por su carácter erotizado pone al mismo tiempo en juego el deseo.
Acerca del deseo planteó:
- La experiencia de satisfacción implica la producción de deseo inconsciente solidario de la postulación del principio del placer, regulador del aparato.
- El deseo inconsciente sería la consecuencia de la introducción de la experiencia de satisfacción
- El placer de desear: como producto del retorno de lo reprimido, las formaciones del inconsciente ligan el placer de desear, invistiendo las huellas anémicas (trabajo de elaboración del inconsciente)
Con respecto al síntoma:
- Para abordar la cuestión del síntoma partió de la experiencia de satisfacción y la producción de un deseo inconsciente solidario de la postulación del principio del placer.
- se pregunta por su particularidad y por cómo abordarlo en relación al conflicto del cual parte
- diferencia al síntoma de las otras formaciones del inconsciente en función de la repetición y el padecimientos propios del síntoma
- plantea al síntoma como anteponiéndose al estallido de angustia como si fuera un fortín (esto nos remite a la defensa y el conflicto)
- al igual que las otras formaciones del inconsciente: está sobre-determinado, tiene un sentido, es producto del retorno de lo reprimido, es interpretable y expresa un deseo inconsciente.
- es el fracaso de la defensa, producto de este mecanismo, testimonio del conflicto.
- plantea las diferentes teorías de la angustia en relación al síntoma. Así, en la primera versión, la angustia no es efecto de lo psíquico. En la segunda teoría, con la libido, adquiere estatuto psíquico, es uno de los destinos de la pulsión post represión.
- ¿Coincide la formación sustitutiva y la formación de síntoma?
- ¿Se superponen el mecanismo de la formación de síntoma y el de la represión?
Se puede tomar como operadores los conceptos de angustia y de represión para establecer las similitudes y diferencias entre formaciones del inconsciente y síntoma. El deseo planteado en este primer aparato psíquico será la fuerza impulsora común a todo lo producido por el inconsciente.
El síntoma a la altura del seminario 6 de Lacan es el fortín contra la angustia. Aparece la referencia a Inhibición síntoma y angustia, donde el síntoma esta para evitar la angustia. En la primera época de Freud el síntoma esta también en relación a la angustia (psicoterapia de la histeria).
Otro punto de discusión en torno a la diferencia del síntoma con otras formaciones aparece en relación al padecimiento que conlleva el síntoma. Alguien propone que es a partir de que nos queda pegado al malestar que nos es difícil ubicar la relación del síntoma con el cumplimiento de deseo.
Lo difícil es diferenciar lo que se quiere (anhelos) de lo que se desea. Así podría explicarse la molestia del síntoma.
Desde allí la discusión se desliza al lugar del síntoma en la cura. Un primer momento donde Freud propone centrar la cuestión en el levantamiento del síntoma. El síntoma de la histeria era molesto para el discurso medico de la época, el mismo hacia que la autoridad vacile. Cuando comienza el psicoanálisis ya no se trata de levantar el síntoma.
Se vuelve sobre la estructura del deseo, se toman dos vías, la vivencia de satisfacción (repetición) y la vía del sueño de la bella carnicera (insatisfacción).
El síntoma como efecto de la repetición (vivencia de satisfacción).
Dora dice: no se trata de que el paciente no haga más síntoma en su vida, sino que cambie la posición subjetiva. Si hay síntoma hay ahorro libidinal, esto es lo que permite seguir funcionando.
Se dice entonces que allí cambia la idea del síntoma, ya no se define por el malestar.
Freud pasa de pensar el síntoma fenomenológicamente a pensarlo estructuralmente en la última época de su obra.
Surge entonces la discusión en torno al lugar del síntoma en los últimos años. Se dice que así como reformula el sueño no lo hace con el síntoma. Otro ubica cierto recorrido posible en relación a las formulaciones del síntoma: Síntoma en el cuerpo, síntoma como práctica sexual, síntoma neoproducido.
El beneficio primario del síntoma es apuntado como lo novedoso en relación a la versión del síntoma de ese segundo momento de la obra freudiana.
La pregunta que cierra la discusión es si es el síntoma lo incurable al final del recorrido freudiano.
De la teoría traumática a la conceptualización del deseo
Se planteó que el estatuto del síntoma va ir variando en relación a la idea que Freud tenga de aparato psíquico y por lo tanto también de la dirección de la cura. Los primeros desarrollos sobre el síntoma tienen como referencia la teoría traumática, inicio de la clínica freudiana marcado por el encuentro con la sintomatología muy florida de la histeria. En este momento Freud no tiene formulado un aparato psíquico, sino que plantea una serie de procesos, una conciencia escindida por efecto de la defensa, un mecanismo psíquico como sostén de los síntomas, que hace de ellos una formación sustitutiva. Sin embargo desde un primer momento el planteo ético de Freud es que el síntoma tiene un sentido, desconocido para el paciente, pero en conexión con su vivenciar (en Cäcilie, el síntoma por simbolización tenía una interpretación psíquica).Que el síntoma tenga un sentido va a tomar toda su potencia a partir de la formalización del inconsciente, con el descubrimiento del deseo inconsciente, cuyo camino real ha sido la interpretación de los sueños.
A partir de 1900, en lugar de ubicar un encuentro traumático, Freud pasa a situar un desencuentro como fundamento de la constitución del aparato psíquico. El desencuentro entre sujeto y objeto, (arranque desdichado del sujeto) que se produce a partir de la experiencia de satisfacción, introduce el objeto perdido y el deseo, que apunta al encuentro con el objeto, pero en su lugar reencuentra sus huellas. Por eso Freud dice que "el aparato psíquico no puede hacer otra cosa que desear".
Formalización del Inconsciente: leyes
Plantear su tesis de que el sueño es un acto psíquico de pleno derecho es solidario de plantear al sueño como un cumplimiento de deseo (eso es el sentido del sueño), que sólo se produce por el trabajo de interpretación.Los sueños le han servido a Freud para ubicar cómo trabaja el aparato psíquico, formalizando los sistemas Inconciente, Preconciente – Conciente y sus leyes de funcionamiento. Proceso primario y proceso secundario como modos de trabajo de los sistemas. El primero, con su energía móvil, permite la condensación y el desplazamiento, dos mecanismos que constituyen el modo en que se articulan las representaciones. El segundo, resulta de la inhibición del primero, la energía está ligada.
Las formaciones del inconsciente son efecto del cruce y oposición entre estos dos procesos, produciendo efectos de sentido.
En términos de Lacan, efectos que se producen a nivel de la cadena significante, determinados según las dos vertientes generadoras de sentido: la metáfora y la metonimia.
La VERSCHIEBUNG o desplazamiento, ese viraje de la significación que la metonimia demuestra y que se presenta como el medio del inconsciente más apropiado para burlar la censura. La metonimia es posible por la circunstancia de que no hay ninguna significación que no remita a otra significación y donde se produce la poquedad de sentido. El deseo es la metonimia de la carencia en ser. El deseo como motor del aparato.
La VERDICHTUNG, condensación, es la estructura de sobreimposición de los significantes, donde toma su cuerpo la metáfora. La metáfora es cierto paso del sujeto al sentido del deseo, da un plus de significación, (así la metáfora queda ligada a la cuestión del ser).
Del sueño al síntoma:
Se planteó que la apuesta de Freud es explicar el síntoma por el sueño. Hay una plena identidad entre las peculiaridades del trabajo del sueño y las de la actividad psíquica que desemboca en los síntomas.
El sueño es un cumplimiento de deseo porque es una operación del sistema inconsciente, por lo tanto no puede ser su única exteriorización. El síntoma es otra forma anormal de cumplimiento de deseo. Esta estructura de lenguaje, que más intuitivamente Freud había advertido en los síntomas, es la que hace posible la operación de lectura de todas las formaciones del inconsciente. Trabajo de descifrado en su valor inconsciente, de representación en representación, produciendo un sentido nuevo, cierta verdad singular para el sujeto y en este momento para Freud, cierta resolución de los síntomas.
El deseo inconsciente que se realiza en el síntoma hace referencia a cierta significación, algún sentido cristalizado, pero al mismo tiempo como no puede significarse, resiste a la significación, soporta un deslizamiento permanente de sentido.
Se tomó el sueño de la Bella Carnicera como paradigma para pensar esta reformulación del estatuto del síntoma. La paciente sueña que quiere dar una cena y no puede porque solo tiene un poco de salmón ahumado. Es respuesta a la demanda de su amiga de venir a cenar a su casa. El deseo de la paciente es el de que a su amiga se le deniegue un deseo: el de engordar. El sueño cumple su deseo de contribuir en nada a redondear las formas del cuerpo de su amiga para que no le guste a su marido, porque a éste le gustan gorditas. Esa es la línea del cumplimiento de deseo en el sueño.
Por otro lado, Freud descubre que la amiga tiene el mismo comportamiento hacia el salmón, que la bella carnicera respecto del caviar: lo quiere pero le pide a su marido que no se lo dé. El salmón está aquísustituyendo al caviar. Nos propone entonces el sueño como metáfora del deseo (sueña con salmón y no con caviar). En tanto el caviar, que no aparece en el sueño porque ha sido sustituido por el salmón, queda articulado metonímicamente a la cadena significante en tanto significa –simboliza- al deseo insatisfecho.
Entonces, Freud dice "el sueño cobra una nueva interpretación, alude a su amiga, se ha identificado con ella (…) como señal de esta identificación se ha creado el deseo denegado en la realidad. O sea, "se ve precisada a crearse en la vida un deseo insatisfecho".
La identificación: un articulador entre deseo y síntoma:
El concepto de identificación permite precisar la articulación entre síntoma y deseo. En este caso la identificación histérica: "¿Qué sentido tiene la identificación histérica?". Con esa pregunta Freud se desliza del sueño al síntoma: "La identificación es importante para el mecanismo de los síntomas histéricos…", dice.
Entonces, a partir del análisis de este sueño Freud deduce la identificación histérica, pero eso le permitearticular el deseo insatisfecho al síntoma: se crea un deseo insatisfecho en la vida, dice Freud ¿cuál? el decaviar.
La identificación histérica es articulada también con el síntoma del internado de señoritas, en una referencia de Freud incluida en el análisis de este sueño. El ataque histérico como resultado de la identificación a una situación de deseo (una amiga que recibe una carta del novio) "eso acaba en la realización del síntoma temido".
También se tomó un ejemplo del Cap 7 de Psicología de las masas, donde el síntoma de la tos es el resultado de la represión del deseo por el padre. Freud dice "la elección de objeto se sustituye por una identificación" que se juega en el síntoma. Deseaba tener al padre, ahora lo tiene en su tos, tratándose en este caso, de la identificación edípica.
Tres cuestiones propuestas:
1) Realización de deseo y cumplimiento de deseo.
Se diferenciaron dos desarrollos en Freud, sobre el deseo. El primero, el deseo como moción que apunta al objeto perdido: una tensión irreductible que quiebra el marco de la homeostasis del principio de constancia, corriente que arranca del displacer y apunta al placer, lo único que pone en marcha al aparato psíquico –motor-. Donde el deseo se sostiene en la falta de objeto y es resto de la experiencia de satisfacción. En esta vertiente se ubicó la realización de deseo en la pantalla del sueño, acentuándose que permite ligar los elementos perturbadores. Orden del desplazamiento.
El segundo, un deseo que se figura como cumplido en las formaciones del inconsciente (wunsch, anhelo) ocumplimiento de deseo.
Se indicó que el término alemán utilizado por Freud es Wunscherfüllung, cuya traducción al castellano sería "cumplimiento de deseo" mientras que al francés "realización de deseo" y que Strachey utiliza las dos traducciones indistintamente.
Sería esta segunda vertiente, el cumplimiento de deseo, uno de los ejes que le permite a Freud armar la serie de las formaciones del inconsciente. Central para la modificación conceptual del síntoma, que pasa a constituirse como una formación sustitutiva de un conflicto entre el yo y un deseo inconsciente reprimido.
Para ejemplificarlo, se ubicó una relectura del síntoma de Elisabeth como respuesta al conflicto psíquico ante el surgimiento de un deseo erótico, el deseo por un hombre, resuelto mediante la represión y la sustitución: ahora no es ni "la enfermera del padre", ni "la mujer de un hombre", sino "una enferma como el padre"; donde puede ubicarse cómo el concepto de identificación comienza tempranamente a adquirir importancia teórica para precisar la articulación entre síntoma y deseo.
2) Se diferenciaron también dos desarrollos de Freud a partir de sus preguntas respecto al deseo en su relación con el síntoma. No es lo mismo preguntarse ¿Qué desea un paciente?, a preguntarse ¿Desde dónde desea?
Frente a "¿qué desea?", responde con el Wunsch, el anhelo. En el H. de las ratas, Freud ubica el síntoma de la compulsión a adelgazar como resultado de que se cumple el deseo de matar a Dick –rival-. ¿Por qué? Porque en alemán gordo se dice «dick». El síntoma se produce a partir del encuentro de dos cadenas que tiene lugar en el Otro.
En cambio, cuando Freud se pregunta "¿desde dónde desea?", es decir, en qué se sostiene el deseo, responde con la articulación entre deseo, fantasía, síntoma e identificación. En Dora y en relación a su síntoma de la tos, Freud se pregunta desde dónde desea y lo ubica a partir de una identificación con el padre, figurado en el síntoma con la fantasía de fellatio que allí halla un sustituto. La articulación entre el síntoma (tos) y el deseo (Dora interesada por lo que ocurre entre el padre y la sra K) se sostiene en la identificación viril: desde el lugar de un hombre se pregunta por lo femenino. El síntoma es la respuesta a la pregunta no formulada.
3) Cierta función del síntoma histérico y obsesivo respecto del deseo.
Fue mencionado ya, en el sueño de la Bella Carnicera, cómo Freud ubicó al síntoma histérico permitiéndole procurarse a la histérica un deseo insatisfecho (caviar).
En cambio, el síntoma obsesivo protege del encuentro con el deseo al anular el intervalo. En el historial del hombre de las ratas, Freud realiza el mismo movimiento que para el síntoma histérico: va del sueño al síntoma obsesivo.
Se tomaron dos ejemplos de "fórmulas protectoras":
-Contar hasta 40 entre trueno y rayo.
-La invención de una palabra compuesta por extractos de plegarias para decir muy rápido, y así evitar que irrumpa la blasfemia en el medio de la frase: "Glejisamen". Igualmente ahí irrumpe lo que perturba porque es un anagrama de "Gisela (amada) semen"
Se trata de síntomas que intentan anular el intervalo donde se pondría en juego el deseo. Pero en el síntoma se infiltra el deseo y por eso Freud interpreta el "Glejisamen" como un anagrama.
Jaume Guinot - Psicoleg col·legiat 17674
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