El siguiente texto fue aportado por Fabrica de Sueños (contacto: http://www.facebook.com/figurin.estampa) bajo la consigna: "Apuntes de mis clases de psicoanalisis"
El valor que tiene el síntoma en el inicio de la obra freudiana. En ese tiempo, el síntoma se constituye como testimonio de un conflicto psíquico. El síntoma es, "un resultado de compromiso" para este conflicto. Freud aún no cuenta con un aparato psíquico formalizado y, en ese sentido, no puede todavía armar la serie de las formaciones del inconsciente. Es recién con La interpretación de los sueños, que tenemos en Freud la formalización del deseo como estructurador del aparato y las formaciones del inconsciente como resultado del mecanismo de condensación y desplazamiento.
La tesis freudiana acerca del sueño como cumplimiento de deseo, se reencuentra para pensar también al síntoma, hacia el final del capítulo VII (punto E). Síntoma como cumplimiento de deseo. Deseo inconsciente como fuerza pulsionante para la formación de síntomas.
Entonces, ¿cómo pensar la relación deseo – síntoma? Resulta fácil encontrar esta articulación en el ceremonial obsesivo que Freud trabaja en la conferencia 17. Ceremonial obsesivo que figura un deseo como cumplido. Se trata del ejemplo de la paciente cuyo marido no pudo perpetrar el acto sexual en la noche de bodas y la paciente, con su síntoma, mostraba a la mucama que había manchado el mantel simbolizando la concreción sexual del matrimonio como deseo cumplido.
El lugar privilegiado para trabajar la articulación síntoma –deseo (para pensar al síntoma como cumplimiento de deseo), sería el historial de Isabel de R; ¿Cuál es el deseo que se realiza en esa astasia abasia? Aquí contamos con un historial, y detallados pasajes que permiten ubicar un conflicto entre: ser el hijo varón del padre y ser la mujer de un hombre.
La conceptualización del síntoma en la obra de Freud no es línea. Cada momento de su construcción es solidario con su noción de aparato psíquico, su concepto inconsciente y su manera de pensar la cura.
Ubicamos tres momentos (momentos que no se anulan; solo dan cuenta de diferentes modos en los que Freud responde a interrogantes y dificultades que encuentra en su clínica): 1er. momento: ligado a una vivencia traumática ocurrida en la infancia y que concierne al ámbito sexual. 2do. momento: ligado a un deseo inconsciente que insiste por realizarse. 3er. momento: se incluye el anudamiento a lo pulsional
En el primer momento ubicamos las nociones de conflicto psíquico, defensa y desplazamiento que le permitieron a Freud conceptualizar al síntoma como formación sustitutiva (esto es, como sustituto de la representación inconciliable escindida de la conciencia). También, como efecto del retorno de lo reprimido y con ello, como formación de compromiso.
Se trata de un primer tiempo en el que Freud no cuenta aún con el concepto de inconsciente y deseo, por lo que hablará de conciencia escindida y regulación por el principio de constancia. Es el tiempo del método catártico y la cura por abre-acción. Y si bien la descarga, la tramitación vía la descarga, será el marco para estas teorizaciones, quedan obstáculos sin resolver: a) lo compulsivo del síntoma; b) la sexualidad como fuente de displacer.
El segundo momento fue abordado desde el capítulo VII de La interpretación de los sueños. La conceptualización del deseo como deseo indestructible, permitió a Freud formalizar el modelo de aparato psíquico, y revisar tanto la conceptualización del síntoma como la noción de inconsciente.
En su intento por explicar la formación del sueño, Freud construye una teoría sobre el funcionamiento del aparato psíquico: en la cual la única fuerza impulsora del sueño es un deseo por cumplir. El aparato produce sueños, pero también síntomas y otras formaciones del inconsciente. Todas comparten la misma estructura: son cumplimiento de deseo. El deseo aparecerá tanto como fuerza impulsora para la producción de un sueño, como aquello que se expresa en los sueños. Y si la tesis vale para todas las formaciones del inconsciente, es porque el deseo tiene un valor estructural.
Cita de la carta a Fliess N° 150: "Mi última generalización perdura y parece querer progresar hasta el infinito. No solamente el sueño es un cumplimiento de deseo, sino también el ataque histérico. Esto es exacto para el síntoma histérico y, sin duda, también, para todos los fenómenos neuróticos…"
Vía la experiencia de satisfacción, Freud construye un aparato psíquico como un sistema de huellas mnémicas, de representaciones, y cuyo funcionamiento está comandado por el deseo. En solidaridad con ello se rediseña el concepto de inconsciente como red de representaciones, como sistema de huellas mnémicas regulado por el proceso primario. Un inconsciente habitado por el deseo que intenta repetir una satisfacción primera y empuja a una búsqueda sostenida en las representaciones.
Las derivaciones de esta conceptualización no tardan en alcanzar la noción misma de síntoma. El síntoma también responde a la lógica del proceso primario, y, dada la estructura como una red arborizada de representaciones, los síntomas estarán sobre-determinados: no poseen un significado único.
La sobre-determinación del síntoma rompe con la posibilidad de la descarga y con el supuesto de un aparato regido por el principio de constancia. Se impone el principio del placer y la tensión del deseo. Pasaje solidario con la fundación del método de la asociación libre.
Si hasta aquí nos referíamos al síntoma como formación sustitutiva y de compromiso, ahora también lo hacemos en tanto formación del inconsciente y cumplimiento de deseo. El síntoma es el relato del síntoma, dice más de lo que quiere decir, tiene estructura de palabra y con ello es interpretable.
Y allí donde parecía todo tramitable vía el deseo, vía la cadena asociativa; un resto sin resolver: el ombligo del sueño.
¿Por qué es la estructura del sueño lo que le permite a Freud el mejor apoyo para descubrir el funcionamiento del inconsciente? ¿Por qué es el sueño y no el síntoma, la vía regia al inconsciente?
¿Por qué el sueño suele propiciar más a que los pacientes asocien que el síntoma? ¿Por qué si el sujeto padece de síntomas, Freud propone entrar por los sueños? ¿El valor de la satisfacción pulsional es el mismo en el sueño que en el síntoma? ¿El valor del cuerpo en la satisfacción sustitutiva es el mismo en el sueño que en el síntoma?
El valor que tiene el síntoma en el inicio de la obra freudiana. En ese tiempo, el síntoma se constituye como testimonio de un conflicto psíquico. El síntoma es, "un resultado de compromiso" para este conflicto. Freud aún no cuenta con un aparato psíquico formalizado y, en ese sentido, no puede todavía armar la serie de las formaciones del inconsciente. Es recién con La interpretación de los sueños, que tenemos en Freud la formalización del deseo como estructurador del aparato y las formaciones del inconsciente como resultado del mecanismo de condensación y desplazamiento.
La tesis freudiana acerca del sueño como cumplimiento de deseo, se reencuentra para pensar también al síntoma, hacia el final del capítulo VII (punto E). Síntoma como cumplimiento de deseo. Deseo inconsciente como fuerza pulsionante para la formación de síntomas.
Entonces, ¿cómo pensar la relación deseo – síntoma? Resulta fácil encontrar esta articulación en el ceremonial obsesivo que Freud trabaja en la conferencia 17. Ceremonial obsesivo que figura un deseo como cumplido. Se trata del ejemplo de la paciente cuyo marido no pudo perpetrar el acto sexual en la noche de bodas y la paciente, con su síntoma, mostraba a la mucama que había manchado el mantel simbolizando la concreción sexual del matrimonio como deseo cumplido.
El lugar privilegiado para trabajar la articulación síntoma –deseo (para pensar al síntoma como cumplimiento de deseo), sería el historial de Isabel de R; ¿Cuál es el deseo que se realiza en esa astasia abasia? Aquí contamos con un historial, y detallados pasajes que permiten ubicar un conflicto entre: ser el hijo varón del padre y ser la mujer de un hombre.
La conceptualización del síntoma en la obra de Freud no es línea. Cada momento de su construcción es solidario con su noción de aparato psíquico, su concepto inconsciente y su manera de pensar la cura.
Ubicamos tres momentos (momentos que no se anulan; solo dan cuenta de diferentes modos en los que Freud responde a interrogantes y dificultades que encuentra en su clínica): 1er. momento: ligado a una vivencia traumática ocurrida en la infancia y que concierne al ámbito sexual. 2do. momento: ligado a un deseo inconsciente que insiste por realizarse. 3er. momento: se incluye el anudamiento a lo pulsional
En el primer momento ubicamos las nociones de conflicto psíquico, defensa y desplazamiento que le permitieron a Freud conceptualizar al síntoma como formación sustitutiva (esto es, como sustituto de la representación inconciliable escindida de la conciencia). También, como efecto del retorno de lo reprimido y con ello, como formación de compromiso.
Se trata de un primer tiempo en el que Freud no cuenta aún con el concepto de inconsciente y deseo, por lo que hablará de conciencia escindida y regulación por el principio de constancia. Es el tiempo del método catártico y la cura por abre-acción. Y si bien la descarga, la tramitación vía la descarga, será el marco para estas teorizaciones, quedan obstáculos sin resolver: a) lo compulsivo del síntoma; b) la sexualidad como fuente de displacer.
El segundo momento fue abordado desde el capítulo VII de La interpretación de los sueños. La conceptualización del deseo como deseo indestructible, permitió a Freud formalizar el modelo de aparato psíquico, y revisar tanto la conceptualización del síntoma como la noción de inconsciente.
En su intento por explicar la formación del sueño, Freud construye una teoría sobre el funcionamiento del aparato psíquico: en la cual la única fuerza impulsora del sueño es un deseo por cumplir. El aparato produce sueños, pero también síntomas y otras formaciones del inconsciente. Todas comparten la misma estructura: son cumplimiento de deseo. El deseo aparecerá tanto como fuerza impulsora para la producción de un sueño, como aquello que se expresa en los sueños. Y si la tesis vale para todas las formaciones del inconsciente, es porque el deseo tiene un valor estructural.
Cita de la carta a Fliess N° 150: "Mi última generalización perdura y parece querer progresar hasta el infinito. No solamente el sueño es un cumplimiento de deseo, sino también el ataque histérico. Esto es exacto para el síntoma histérico y, sin duda, también, para todos los fenómenos neuróticos…"
Vía la experiencia de satisfacción, Freud construye un aparato psíquico como un sistema de huellas mnémicas, de representaciones, y cuyo funcionamiento está comandado por el deseo. En solidaridad con ello se rediseña el concepto de inconsciente como red de representaciones, como sistema de huellas mnémicas regulado por el proceso primario. Un inconsciente habitado por el deseo que intenta repetir una satisfacción primera y empuja a una búsqueda sostenida en las representaciones.
Las derivaciones de esta conceptualización no tardan en alcanzar la noción misma de síntoma. El síntoma también responde a la lógica del proceso primario, y, dada la estructura como una red arborizada de representaciones, los síntomas estarán sobre-determinados: no poseen un significado único.
La sobre-determinación del síntoma rompe con la posibilidad de la descarga y con el supuesto de un aparato regido por el principio de constancia. Se impone el principio del placer y la tensión del deseo. Pasaje solidario con la fundación del método de la asociación libre.
Si hasta aquí nos referíamos al síntoma como formación sustitutiva y de compromiso, ahora también lo hacemos en tanto formación del inconsciente y cumplimiento de deseo. El síntoma es el relato del síntoma, dice más de lo que quiere decir, tiene estructura de palabra y con ello es interpretable.
Y allí donde parecía todo tramitable vía el deseo, vía la cadena asociativa; un resto sin resolver: el ombligo del sueño.
¿Por qué es la estructura del sueño lo que le permite a Freud el mejor apoyo para descubrir el funcionamiento del inconsciente? ¿Por qué es el sueño y no el síntoma, la vía regia al inconsciente?
¿Por qué el sueño suele propiciar más a que los pacientes asocien que el síntoma? ¿Por qué si el sujeto padece de síntomas, Freud propone entrar por los sueños? ¿El valor de la satisfacción pulsional es el mismo en el sueño que en el síntoma? ¿El valor del cuerpo en la satisfacción sustitutiva es el mismo en el sueño que en el síntoma?
Jaume Guinot - Psicoleg col·legiat 17674
Psicologia Granollers
Psicologia infantil- Psicologia adultos - Terapia de pareja- Psicopedagogía - Logopedia - Coaching -Sexología - Psicologia Forense
Plaça Arts 10 -Granollers
Movil: 625659811
Web:http://www.psicologiagranollers.com
Blog:http://psicologiagranollers.blogspot.com
Twitter: psicogranollers
Psicologia Granollers
Psicologia infantil- Psicologia adultos - Terapia de pareja- Psicopedagogía - Logopedia - Coaching -Sexología - Psicologia Forense
Plaça Arts 10 -Granollers
Carrer Granollers 114 - Barcelona
Movil: 625659811
Web:http://www.psicologiagranollers.com
Blog:http://psicologiagranollers.blogspot.com
Twitter: psicogranollers
Facebook: https://www.facebook.com/PsicoGranollers
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu aportación