Felices, a pesar de la crisis

¡No pierda la esperanza! La mayoría de la gente recupera su felicidad tras perder su trabajo. Tampoco espere al crecimiento económico para disfrutar de la vida ya que a largo plazo no provoca un mayor bienestar emocional.

    Madrid, España.- Aunque algunos países parecen estar saliendo a flote, en otros la crisis económica y financiera sigue golpeando con fuerza en muchos sectores de economía y en infinidad de hogares. La cantidad de personas inscritas en las oficinas de desempleo o que se quedan "en la calle" sin trabajo, no deja de aumentar. Muchos llevan meses o incluso años buscando empleo sin conseguirlo.

    Ante una situación tan desfavorable y duradera, la desmoralización empieza a ser presa de muchas personas, que acaban "tirando la toalla" o sintiendo que su vida ya nunca volverá a ser como antes y los buenos tiempos ya no regresarán.

    Otros, aguantan estoicamente la adversidad, con talante agrio y triste, mientras se ajustan el cinturón, repitiéndose a sí mismos que ya se permitirán ser felices cuando cambie la dirección del viento y consigan trabajo o mejore su situación económica.
     
    Al parecer, ambas actitudes son poco aconsejables, no sólo porque reducen las posibilidades de encontrar soluciones y salidas y aumentan las de caer en la depresión y el desánimo, sino además porque no se corresponden con realidad: la felicidad no se pierde definitivamente después de quedarse sin trabajo ni tampoco depende tanto de la prosperidad económica, según se desprende de dos investigaciones estadounidenses.

    Después de un año, la mayoría de las personas que se han deprimido por quedarse sin trabajo vuelven a recuperar los niveles de felicidad que tenían previamente y solo unos pocos no se recuperan emocionalmente del desempleo, según un estudio liderado por el investigador en psiquiatría Isaac Galatzer-Levy, de la Universidad de Nueva York (EU)

    "Un sector de la población responde mal a los acontecimientos difíciles, como un trauma, duelo o pérdida del empleo, pero es menor de lo que se piensa, y la mayoría de la gente se recupera y es fuerte psicológicamente", ha señalado Galatzer-Levy.

    Para su investigación, los expertos analizaron datos sobre los niveles de felicidad en los años previos  y posteriores al despido, de 774 trabajadores alemanes que perdieron su empleo entre finales de la década de 1980 y 2003, en plena crisis económica, cuando los despidos masivos eran habituales.

    A los participantes en la investigación se les preguntó, "¿están  satisfechos actualmente con su vida en general?", a lo que cerca del 69 por ciento de los encuestados respondió que eran menos felices después de perder su empleo, pero que después de un año, habían recuperado sus antiguos niveles de felicidad.

    EL DINERO Y LA FELICIDAD: DUDOSA RELACIÓN

    Por otra parte, según un estudio de la Universidad de California del Sur (USC) en Estados Unidos, el crecimiento económico no está asociado con un mayor bienestar emocional a largo plazo.

    La investigación del economista Richard Easterlin, profesor de Cencas Económicas en la USC, es considerada por algunos expertos como el cuerpo de evidencias más abundante hasta ahora que demuestra que la mayor tasa de crecimiento económico no origina a un mayor aumento de la felicidad.

    Su trabajo evaluó la relación entre felicidad y crecimiento económico durante una media de 22 años y al menos diez años, en 37 países, con distintos niveles de riqueza y de tendencia capitalista o ex-comunista, encontrando que a largo plazo el sentido del bienestar en un país no aumenta con sus ingresos.

    En los distintos países, la felicidad y los ingresos se correlacionan positivamente pero con el paso del tiempo la felicidad no se eleva cuando aumentan los ingresos del país, ha explicado Easterlin.

    De acuerdo a este experto, si el crecimiento económico no es el principal camino para conseguir una mayor felicidad, habría que centrar la política en las preocupaciones personales más urgentes relacionadas como la salud y la vida familiar más que en el mero ascenso de los bienes materiales.

    "Ante una situación laboral adversa, como es la de quedarse temporalmente sin trabajo y superado el "choque emocional" inicial, podemos caer e instalarnos en la desesperación o bien utilizar la crisis para avanzar en nuestra vida", señala el psicólogo Ricardo Ros creador de la llamada "Psicología Que Funciona".

    "La mayoría de la gente teme los cambios, pero hay quien los aprovecha para cumplir sus sueños, avanzar en su profesión, formarse más o mejorar su calidad de vida", señala el psicólogo que recuerda que "crisis significa cambio y un despido no es el fin de una etapa, sino el inicio de otra".

    "Quizá pueda parecer que no vamos a encontrar otro trabajo, pero nos olvidamos de la opción de crearlo nosotros. Una crisis como la actual podemos aprovecharla para dar un paso más en nuestra vida. Es  un buen momento para deshacerse de todo lo que ya no sirve: actitudes, conductas, creencias, procesos, relaciones", aconseja este experto en superación personal y profesional.

    Para Ros "las personas tienen un potencial increíble para superar cualquier dificultad, pero tienden a acomodarse en un trabajo, en una relación, en una forma de vida…".

    "Pensar que por ser albañil solo se pueden construir casas o que una carrera solo tiene una sola salida profesional es algo que limita. Debemos abrir nuestra mente y sopesar todas las opciones. La clave es la adaptación, en no reducir nuestra vida laboral a una única dirección Ahora están surgiendo oportunidades que sólo unos pocos parecen ver, pero es porque las buscan", señala.

    El psicólogo también aconseja "aprovechar el tiempo libre para formarse, crear una red de contactos sólida y prestar atención a todas las oportunidades. Hay que utilizar los tiempos de crisis para crear nuevas maneras de subsistir".

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    * Después de un año, la mayoría de las personas que se han deprimido por quedarse sin trabajo vuelven a recuperar los niveles de felicidad que tenían previamente y sólo unos pocos no se recuperan emocionalmente del desempleo, según un estudio liderado por el investigador en psiquiatría Isaac Galatzer-Levy, de la Universidad de Nueva York (EU).

    * El crecimiento económico no está asociado con un mayor bienestar emocional a largo plazo, según otro estudio de la Universidad de California del Sur (USC) en Estados Unidos, liderado por el economista Richard Easterlin, que indica que, con el paso del tiempo, la felicidad no se eleva cuando aumentan los ingresos del país.

    * Ante una situación laboral adversa, como es la de quedarse temporalmente sin trabajo y superado el "choque emocional" inicial, podemos caer e instalarnos en la desesperación o bien utilizar la crisis para avanzar en nuestra vida", señala el psicólogo Ricardo Ros creador de la llamada "Psicología Que Funciona".
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