de Alberto Barbero
El trabajo continuo y complicado causa fatiga mental. Esto hace que ser productivo pase por descansar periódicamente. Hay algunas técnicas sencillas que ayudan a gestionar la disminución de rendimiento individual conforme van pasando las horas. La "técnica Pomodoro" es clásica, por ejemplo, y se encuadra en una herramienta más amplia como es la de las "cajas de tiempo". Algunos planteamientos más avanzados animan incluso a introducir el silencio como factor clave de productividad en la dinámica de trabajo.
En mi experiencia éstos planteamientos son casi "ciencia-ficción" en la práctica. En muchos sitios todavía se lleva lo de "meter horas" para que vean que trabajas mucho y en otros, sencillamente, se considera que los buenos profesionales no necesitan parar.
Es todavía menos habitual aplicar esta idea de los "minidescansos" a las actividades grupales. Todos sabemos que la productividad de una reunión depende de, por ejemplo, prepararla adecuadamente y dinamizarla bien. Por mi parte hace algún tiempo que empecé a introducir criterios de productividad personal en el ámbito de las reuniones y talleres que dinamizo y lo que tuvo mayor impacto fue la decisión de dividir y trocear los tiempos de actividad (así, aproximadamente cada hora paro durante 5 ó 10 minutos para que los participantes se relajen mentalmente). Como resultado he notado un claro incremento en la productividad de las mismas. Y eso es lo que quiero compartir aquí.
Veo con claridad un gran paralelismo entre la actividad física/ deportiva y la mental. Concretamente, durante muchos años hice deporte de una manera desmedida. Sin entrenador. Sin estiramientos. Sin criterio. Cuando eres joven derrochas energía y no eres consciente de que podrías usarla mejor. Un día mi cuerpo empezó a quejarse y me envió un aviso. Desde entonces los estiramientos y el descanso se han convertido en una parte esencial de mi actividad física y ésta ha mejorado ostensiblemente. Tengo menos energía pero la gestiono mejor.
De la misma manera, la introducción de pequeños "minidescansos" en las actividades de grupo o equipo actúa a modo de estiramiento mental tanto si se utiliza para "grandes cosas" (como relajar la mente a través de ejercicios físicos o gestionar asuntos pendientes que no hacen fácil mantener la atención en una reunión) o "pequeñas" (como leer/ conversar en redes sociales, tener una charla intrascendente o, por ejemplo, fumar).
Podríamos irnos más lejos, cambiar a una óptica más profunda y vincular estos asuntos con la felicidad o con lo que es realmente importante, pero puede que sea más sencillo: prueba con tu equipo y verás.
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