Agustín Moreno

Esta semana pensaba haber escrito un artículo sobre la psicología y el fútbol, aprovechando el tirón mediático del último Real Madrid-Barcelona, pero cambié radicalmente de idea ante la indignación que me produjo ver en un periódico de tirada nacional la foto del cuerpo extremamente delgado de la modelo de 15 años Julia Schneider, ganadora del concurso de modelos de la Agencia Elite. ¿Qué ha quedado de aquellos tímidos intentos de la industria de la moda de promover patrones estéticos más próximos a los de las mujeres y hombres del mundo real? ¿No son conscientes, no somos conscientes, del sufrimiento de las miles de personas que cada año enferman y en algunos casos mueren, como consecuencia de trastornos de la conducta alimentaria por intentar conseguir adecuarse a un modelo de belleza artificial?

Estoy indignado porque, como muchos otros profesionales de la salud, me he tenido que ver en la tesitura de contemplar el sufrimiento físico y psicológico de muchachas y muchachos esclavizados por un patrón de comportamiento alimentario que, de persistir, inevitablemente les estaba conduciendo a la muerte aunque ellos no lo viesen; de oír a chicas, que parecían directamente sacadas de un campo de concentración o de un campamento de refugiados, continuar afirmando que estaban gordas, a pesar de ser objetivamente 'un saco de huesos', de contemplar avances y recaídas medidos por el filo de la báscula, de entradas y salidas del hospital, de negociar planes de alimentación y de conducta con padres y madres sobrepasados por la situación, entre otras muchas cosas.

Como profesional de la salud mental sé que los trastornos de alimentación son el producto de la concatenación de varias causas tanto externas como internas a la persona, también sé que no es inhabitual que estos sean los patrones de belleza que transmiten como 'ideales' los medios de comunicación.

Y es que no hay ningún estudio serio sobre el aumento de los trastornos de alimentación en el seno de las sociedades industrializadas que no cite, como una de sus causas, el énfasis exagerado en la preocupación por la figura y la delgadez como criterios de belleza, la aceptación y el éxito social y sexual, aunque con la anorexia y la bulimia pase lo que con el cambio climático: siempre habrá alguien interesado en negarlo.

La influencia de patrón cultural de culto al cuerpo fue implícitamente reconocida, en nuestro país, en las conclusiones de la Ponencia sobre condicionantes extrasanitarios de la anorexia y bulimia, de la Comisión de Educación y Cultura del Senado en el año 1999, al manifestar, entre otras cosas: "La anorexia y la bulimia son enfermedades multicausales en cuya génesis confluyen condicionantes socioculturales que actúan como factores predisponentes, precipitantes y perpetuadores" (conclusión nº 1). La propia ponencia cita posteriormente más factores: "La exaltación del culto al cuerpo, vinculada a la cultura unisex, (que) ha creado el estereotipo de la extrema delgadez, asociada a la belleza y éxito, y, en el caso de la mujer, la negación de lo femenino, dando origen a una imagen de mujer andrógina" (conclusión nº 3) y, en referencia directa al mundo de la moda: "Algunos creadores de moda utilizan maniquíes con un peso claramente inferior a los limites saludables... Además ,determinadas firmas comerciales proporcionan prendas de vestir que de alguna manera crean conflictos en las tallas, para introducir modelos más restrictivos. Asimismo, algunas de estas firmas utilizan empleados y empleadas extremadamente delgados... En todos estos casos se crea un gran desconcierto en la juventud sobre la que se ejerce una fuerte presión para adelgazar" (conclusión nº 9).

Fruto de sus trabajos los ponentes de la Comisión terminaron recomendando entre otras cosas: "Impulsar la puesta en marcha y desarrollo de un Pacto Social contra la anorexia y la bulimia..., con la finalidad de alcanzar compromisos firmes para que los condicionantes socioculturales dejen de ser una amenaza para la salud de los jóvenes en cuanto a trastornos de alimentación" (recomendación nº 1).

Hoy en día, tras doce años de tímidos esfuerzos, como el que hizo la Pasarela Cibeles sobre ajustar las tallas exhibidas por las modelos a las recomendadas por el Senado, pronto olvidadas hasta el punto de que el propio consejero de Economía e Innovación Tecnológica de la Comunidad de Madrid, Fernando Merry del Val, llegara a reconocer recientemente que la citada pasarela "puede incitar a comportamientos" como la anorexia y la bulimia. Parece que las cosas siguen en muchos aspectos como estaban y que determinados magnates del mundo de la moda prefieren seguir convenciéndonos, para nuestra desgracia y la de nuestras y nuestros adolescentes, de que el sumum de la belleza moderna es el de la mujer escuálida y casi evanescente como la modelo premiada. Por eso estoy indignado.

fuente: ymalaga

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