Merche González Cantón
Psicóloga, psicoterapeuta A.T colegiada 16.335
Especializada en adicciones y género
A lo largo de este artículo intentaremos definir las características
diferenciales de la adicción en la mujer. En los últimos años se ha
desarrollado una amplia bibliografía sobre este tema y se ha constatado la
necesidad de un tratamiento diferencial para mujeres, donde se aborden
aspectos de género en la drogodependencia, que ha sido históricamente un
tema masculino.
Es decir durante muchos años y desde la creación de los primeros
centros residenciales de tratamiento de drogodependencias, se ha pensado
en una población masculina y en su psique, dejando de lado el género, y sin
tener en cuenta que la adicción en la mujer ha ido aumentando año tras
año, como podemos ver en el observatorio estatal de drogodependencias,
y que tiene unas peculiaridades diferentes.
Actualmente las mujeres representan en su conjunto
aproximadamente el 20-25% de toda la actividad asistencial en adicciones
1
.
Pero éste dato no es justificable para no tener servicios adaptados a las
necesidades femeninas. Cabe decir que si estas diferencias no se tienen en
cuenta pueden llegar a dificultar la permanencia y éxito del tratamiento y su
pronóstico.
Al revisar memorias anuales de los centros terapéuticos residenciales,
observamos que las mujeres obtienen más índices de abandono, expulsiones y
no finalización de tratamiento que sus correspondientes homólogos. Por lo que
nos remite a la necesidad de hacer algo al respecto.
En primer lugar, remarcar que entre las peculiaridades de la adicción en
la mujer más importantes, encontramos que la mujer tiene menos apoyo social
y/o cultural para reconocer y su problemática con las sustancias y mucho más
para acceder a utilizar este tipo de servicios, por lo que esto nos explicaría el
bajo índice de presencia femenina en la adicción, que no es tal en las
encuestas que hace cada 2 años el Plan Nacional de Drogas Español
(EDADES, ESTUDES), donde la mujer cada vez es más presente.
Características específicas de la adicción en la mujer
Pasaremos a definir y analizar las diferencias que todo profesional debe
saber cuando se encuentra con una mujer adicta, para así mejorar en su
intervención y profesionalidad.
1
Blanco, P; Sirvent, C; Palacios, L; Diferencias de género en la adicción de implicaciones
terapeúticas; (consultar bibliografía) La adicción en la mujer: Orientaciones para el tratamiento
2
Aunque describamos un perfil concreto de adicción, no quiere decir que
todas las féminas presenten todas las problemáticas definidas, ni mucho
menos. Pero si deben ser pistas a explorar con nuestras pacientes, para saber
qué aspectos debemos fomentar y trabajar.
En primer lugar comentaremos la comunicación, observamos que las
mujeres adictas tienen serias dificultades para autoafirmarse, para expresar de
una manera asertiva sus emociones, decir NO, manifestar sus necesidades
personales y aceptar valoraciones positivas de otros. Presentan una
comunicación inefectiva y sumisa, estallando en agresividad cuando la
situación es insostenible para algunas, y aguantado incluso insultos y
vejaciones para otras. Todo esto se debe, normalmente, a una situación
familiar y cultural donde la mujer no puede expresarse correctamente por
miedo al rechazo. Estaríamos hablando en términos de estilos de
comunicación, estilo sumiso o pasivo-agresivo.
A nivel emocional, suelen ser personas con baja capacidad para tomar
decisiones autónomas y con una autoestima que fluctúa según las valoraciones
externas. La mujer adicta padece más la soledad y su autoestima es muy
inferior a la de un hombre en la misma situación.
En relación con su sexualidad y afectividad la valoran normalmente,
como insatisfactoria ya que es frecuente encontrar que han sufrido episodios
de distintos tipos de violencia, de carácter físico, psíquico y en menor medida
sexual. El maltrato suele proceder de figuras masculinas referentes, como
padres, hermanos, parejas, en forma de agresiones físicas que no siempre
está causado por la toxicomanía de la hija sino como una forma cotidiana de
comportamiento.
En relación con la pareja es frecuente que las mujeres se vinculen a una
pareja toxicómana, y que refieran escenas de maltrato físico, psicológico y de
explotación cuando se hacía necesario conseguir una dosis de droga, en este
sentido se observa un patrón disfuncional en relaciones con hombres que
perdura en el tiempo. Destacar que muchas de ellas empiezan a consumir
porque su pareja lo hace, y la droga se convierte en una forma de relacionarse
con el otro, aspecto que no sucede a la inversa. En este sentido lo relacional
adquiere mayor relevancia para las mujeres que para los hombres.
Destacar en este aspecto que un porcentaje de mujeres que sufren
violencia de género consumen a su vez drogas. Ya sea porque la pareja las
consume y se convierte en un ritual en la relación, o porque la mujer, en este
caso, debido a las agresiones y humillaciones de su pareja utiliza el alcohol y
pastillas generalmente, aunque pueden ser otras drogas como la cocaína , para
olvidar su situación real y ayudarle a no pensar y no sentir, cayendo en la
espiral de la adicción.
Estas mujeres suelen vivir la sexualidad como insatisfecha y la han
utilizado muchas veces para conseguir droga, por lo que éste aspecto también
está distorsionado, además suelen buscar la protección de los hombres para La adicción en la mujer: Orientaciones para el tratamiento
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resguardarse de las posibles agresiones, para sentirse más protegidas y
seguras, creando así relaciones de pareja dependientes.
En lo que a la maternidad se refiere, muestran dificultades en el
cumplimiento de su responsabilidad como madres, baja capacidad para dar
contención y soporte a los hijos, y en algunos casos abandonándolos y
poniéndolos al cuidado de otros familiares. Todo ello vivido con un gran
sentimiento de culpabilidad y frustración. Las mujeres asisten a un conflicto de
ambivalencias, de tendencias opuestas creadas por su actitud de
independencia, de trasgresión y de ruptura con la familia, al tiempo que tienen
la necesidad de volver a ella para que la apoyen en ese momento delicado de
su historia. Es de destacar que muchas han tenido hijos no deseados y el
embarazo ha sido vivido como un período de gran carga y angustia, incluso con
consumos de sustancias.
El sistema familiar, en la mayoría de los casos, se caracteriza por el
distanciamiento afectivo, con poca expresión de los sentimientos; proceden de
familias con un grado significativo de desestructuración y, en muchos casos, no
son apoyadas ni acompañadas en su demanda de ayuda, recordemos el índice
elevado de maltratos en el seno familiar que aparece en este tipo de mujeres. A
diferencia del hombre, perdura más tabú social para reconocer que tiene
problemas de drogas.
En la dimensión educativa y laboral, nos encontramos con un frecuente
abandono en edades tempranas de la escuela, que coincide en muchos casos
con el inicio en el consumo de drogas. En este caso las mujeres alegan a su
abandono escolar razones de búsqueda de una independencia económica que
les permitiera alejarse de la familia, que en muchos casos es disfuncional,
conduciendo así a estas mujeres a una situación de marginalidad laboral.
En lo que se refiere a lo laboral, la mayor parte de ellas han vivido una
historia laboral caracterizada por la inestabilidad, a menudo han estado
implicadas en trabajos precarios o temporales, con un salario irregular.
Por último, hablaremos de trastornos psiquiátricos que suelen estar
asociados. Es significativo que en las mujeres que realizan tratamiento
encontramos más patología dual.
Entre ellos cabe destacar en primer lugar el Trastorno Límite de la
Personalidad por su gran incidencia en este tipo de mujeres. Éste trastorno se
caracteriza por una conducta movediza, voluble, siempre versátil, sometida a
cambios muy rápidos e intensos, también se observan frecuentes autoagresiones haciendo culpable al familiar cuidador. Observamos un patrón de
conducta inestable con una aparición repentina y desencadenada siempre por
estímulos externos mínimos, pero que la persona agranda y desproporciona, a
diferencia de trastornos depresivos con los que se suele confundir. En sus
relaciones interpersonales buscan permanentemente la obtención de apoyo y
comprensión.
La demanda de cuidados y atenciones que requiere una personalidad
límite es enorme y pone a prueba al mejor equipo terapéutico, además su La adicción en la mujer: Orientaciones para el tratamiento
4
pronóstico y su evolución pueden ser sorprendentes y avanzar y retroceder
constantemente sin objetivos claros.
Un segundo trastorno muy frecuente en la población femenina adicta, es
la depresión en todas sus formas unipolares y bipolares. Según el DSM-IV, la
depresión se caracteriza por un estado de ánimo presidido por sentimientos de
abatimiento, tristeza, desánimo, desilusión e infelicidad. El sujeto tiene una
concepción de sí mismo centrada en sentimientos de impotencia, inutilidad y
baja autoestima, la persona se tiende a preocupar por todo, se descalifica, se
siente culpable, anhedonia,… entre otras características importantes.
Además pueden confluir también en esta población, trastornos de la
alimentación, ya sea en su adolescencia o en la actualidad. Un Trastorno en la
Alimentación es una enfermedad causada por la ansiedad y por una
preocupación excesiva por el peso corporal y el aspecto físico e imagen,
relacionada con la alteración de los hábitos alimenticios comunes y una gran
distorsión de la imagen que se tiene de sí misma.
La persona que padece algún trastorno en su alimentación basa en la
comida todos los pensamientos y actos que forman parte de su cotidianeidad,
sintiéndose hiperdependiente de esa idea, con lo cual el alimento se convierte,
entonces, en el eje a partir del cual gira la vida y el mundo de relación de la
persona que padece el trastorno, como si de una adicción se tratase.
En relación con la droga, señalar que muchas mujeres con trastornos de
alimentación inician su contacto con la droga con el único fin de no sentir
apetito (puesto que muchas drogas como la cocaína hacen este efecto) y
sentirse constantemente activas para hacer deporte, su otra gran adicción, todo
con la meta de adelgazar y sentirse mejor con su cuerpo, sentimiento que
nunca a llega a suceder.
Este trastorno si no está superado, puede ser un condicionante para
agravar el pronóstico puesto que muchas mujeres hacen un desplazamiento o
sustitución. Es decir, dejan la droga primaria y la sustituyen por la comida y por
un trastorno alimenticio, exactamente lo mismo que pasa con la dependencia
emocional. Las mujeres dejan la droga y acaban convirtiéndose en
"dependientes" de su pareja. Estas sustituciones son un reto para los
profesionales que trabajan con mujeres adictas.
Y por último señalaríamos la dependencia emocional u otras adicciones
sociales (juego, compras,…) que son un constante en este tipo de mujeres.
La dependencia emocional es "un patrón de necesidades emocionales
insatisfechas desde la niñez y ahora buscan satisfacer, mediante la búsqueda
de relaciones interpersonales muy estrechas". La dependencia emocional es la
necesidad afectiva extrema que una persona siente hacia otra a lo largo de sus
diferentes relaciones de pareja. El dependiente emocional lo es también
cuando no tiene pareja, porque no soporta la soledad, en este sentido se puede
desarrollar dependencia emocional a familiares y/o amigos. Debajo de esta
"adicción" se esconde una baja autoestima, una ineficaz comunicación, una
necesidad de aprobación de los otros, una idealización excesiva de la pareja,
déficit de habilidades sociales y estado de ánimo fluctuante entre otros. En este La adicción en la mujer: Orientaciones para el tratamiento
5
sentido es fácil que se pueda dar en este tipo de mujeres situaciones de
violencia por parte de sus parejas, tanto físicas como psíquicas.
Además de estos trastornos indicados pueden confluir otros muchos pero ya,
con menor incidencia y en casos más atípicos.
Por último si nos centramos en el tipo de drogas que utilizan las mujeres,
observamos que las mujeres tienen más tendencia a consumir drogas legales
(como el tabaco, alcohol y psicofármacos) y a presentar adicciones no
químicas (compras, juego, Internet,…). En cambio en los hombres
encontramos que consumen con diferencia más drogas ilegales (como el
cannabis, cocaína y heroína entre otras). En este sentido remarcar que en
enero del 2011 se publicaron los datos de la encuesta EDADES 2007-2008
2
,
en los cuales se concluye que los hombres consumen más sustancias que las
mujeres excepto en los hipnosedantes.
Conclusiones
Para concluir, me parece interesante comentar, que las mujeres, como
hemos dicho, tienen muchas más dificultades para acceder a tratamientos de
adicción tanto desde la red pública como privada, por todos los aspectos
comentados anteriormente (apoyo social, familias que no les apoyen, parejas
también consumidoras,…).
Cuando estas mujeres llegan a tratamiento llegan, generalmente, en
peores condiciones tanto física como psíquica y socialmente, lo que dificulta el
pronóstico y la reinserción.
Con esto pretendo que nos sensibilicemos con dicha problemática, y que
el ámbito sanitario primario, especialmente los EAP, pueden empezar a
detectar casos, prevenir y hacer un seguimiento de estas mujeres, que pueden
estar escondiendo un problema de adicción.
Si todos los profesionales de la salud nos coordinamos, estamos
sensibilizados y empezamos a ver que la adicción no es sólo de hombres, y
que aquellas mujeres con depresiones crónicas, que acuden mucho al médico
de cabecera por dolores varios, que consumen benzodiacepinas o
hipnosedantes prescritas por su médico y piden aumentar las dosis, pueden
esconder un problema más serio como es de la adicción.
Para finalizar comentar que los programas de tratamientos han estado
diseñados para el sexo masculino y esto dificulta la atención de las
necesidades específicas a las mujeres. Es de destacar que muchas mujeres
comentan que no se sienten suficientemente acogidas en los centros (objetivo
indispensable al inicio de un proceso de tratamiento).
2
Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas en España, que se publica bianualmente por
el Ministerio de Sanidad y Política Social. La adicción en la mujer: Orientaciones para el tratamiento
6
En este sentido, nos parece interesante señalar que las relaciones entre
las mujeres en tratamiento no suelen ser de intimidad, sino más bien de
rivalidad y desconfianza, aspecto que también debe ser explorado y tenido en
cuenta.
Según mi opinión, es escaso el trabajo sistematizado, sostenible y
específico que se hace con las mujeres drogodependientes en los diferentes
centros, actualmente. Si observamos todos los factores diferenciales entre
hombres y mujeres en la drogadicción, se nos hace imprescindible un
tratamiento diferencial donde se aborden exhaustivamente todas estas
temáticas presentadas.
Cuando hablo de un tratamiento diferencial para mujeres no estoy
hablando de un centro donde sólo admitan mujeres, que ya existen, sino una
intervención específica para mujeres en todos los centros de tratamiento tanto
ambulatorios como residenciales de drogodependencias que acepten mujeres y
una necesaria perspectiva de género de todos los profesionales implicados en
el centro para atender a las demandas específicas femeninas y entender y
comprender la psique de ellas.
De esta manera se pueden trabajar todos estos aspectos diferenciales, que no
son pocos, paralelamente a la drogodependencia y así aumentar tanto el grado
de retención como el grado de satisfacción, en un entorno mixto, que se acerca
más a la realidad.
Actualmente ya se está implementando esta visión de género en este
ámbito en algunos programas, y ya no se percibe el mundo de la
drogodependencia como propiamente masculino. Es un reto que los
profesionales dedicados a las adicciones y sensibilizados con el género vamos
consiguiendo día a día.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
• Blanco P, Palacios L, Sirvent C (coordinadores); I Symposium Nacional
sobre Adicción en la Mujer, Ed Fundación Instituto Spiral e Instituto de la
mujer, Madrid 2001
• Blanco P, Sirvent C, Palacios L ; Diferencias de género en la adicción de
implicaciones terapéuticas, Revista Salud y drogas, vol. 5 n.002, 2005
• Castaño M, Meneses C y col; Intervención en drogodependencias con
enfoque de género, Instituto de la Mujer, Ministerio de trabajo y asuntos
sociales, Madrid, 2007
• Colegio Oficial de Psicólogos de las Palmas; Adicciones en mujeres,
Instituto Canario de la mujer, 2002
• Urbano, A y Arostegui, E; La mujer drogodependiente. Especificidad de
género y factores asociados. Instituto Deusto de drogodependencias.
Bilbao, 2004.
WEBS
• www.pnsd.es (Plan Nacional de drogas español)
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