LA IMPORTANCIA CAPITAL DE ANIMAR.

I – LA IMPORTANCIA CAPITAL DE ANIMAR.

1º UNA CONSTATACIÓN: LA ALABANZA LIBERA ENERGÍA

Si observa los hechos que ocurren a su alrededor, constatará que:

• Los domadores dan las gracias a los animales cuando acaban de ejecutar un número con buenas palabras, golosinas, comida, etc...
• Los niños resplandecen de alegría cuando se les felicita.
• Los vegetales prosperan mejor en casa de personas que los aman; es un hecho auténtico, comprobado.
• Los nerviosos se sienten más animados.
• Los fatigados y los depresivos se corrigen, se transforman. Es una constante que he podido verificar en todos los grupos de entrenamiento a los que, a menudo, acuden personas deprimidas (por ejemplo, el demandante de un empleo o personas que tienen problemas graves de relación con los familiares o con los compañeros de trabajo); cuando éstos son felicitados después de una buena presentación se transforman literalmente.
• Usted mismo, cuando se le felicita, ¿no se siente más feliz?

Esto ha sido comprobado científicamente

Hace ya cierto tiempo, se hizo una experiencia con los alumnos de varias clases: El experimento consistió en lo siguiente:

1º Tiempo:

De acuerdo con los profesores y con los directores de algunos centros escolares, los científicos y los médicos midieron la tensión y toda una serie de puntos vitales de los niños. Después, durante una semana los profesores eliminaron de las clases toda crítica y además, y por el contrario, dieron el máximo valor a todo lo que era positivo en los alumnos, todo lo que constituía un éxito, aunque fuera mínimo, todo esfuerzo por hacerlo mejor, etc...

• El resultado fue extraordinario: las clases eran dinámicas, se obtenían las mismas medidas sobre ellos y se notó que en todos los terrenos las cifras indicadas por los aparatos habían mejorado muy sensiblemente.

2º Tiempo:

A la semana siguiente, se procedió exactamente a la inversa: ningún cumplido con los alumnos, sino, por el contrario, alguna observación o una crítica en el momento en que algo estaba mal hecho; todo era revelado: llegar tarde a clase, falta de celo, falta de atención, etc...

• El resultado: las clases se volvieron muy rápidamente anodinas, inertes, no observándose ningún interés por parte los alumnos en hacer ningún progreso y sin ganas de trabajar.
• Volvieron a hacer nuevamente las mismas medidas, y los datos registrados de nuevo habían variado, pero esta vez en sentido inverso, dando cifras con un descenso muy sensible.

La demostración estaba hecha: animar a las personas les da a éstas mucha más energía y dicha energía se puede medir con aparatos científicos.

Esta experiencia ha sido hecha recientemente con una población escolar mucho más amplia y la prensa y la radio han hablado mucho de ello.

• En conclusión: Recibir ánimos libera mucha energía

2º LOS ÁNIMOS DEBEN, PUES, SER APLICADOS SISTEMÁTICAMENTE EN LAS RELACIONES HUMANAS.

En efecto, no se puede uno privar de un medio tan extraordinario de actuar con las personas que nos rodean.

• Es totalmente normal a nivel psicológico; es simplemente la aplicación de las Leyes Fundamentales de las Relaciones Humanas: usted, yo y todos los demás, estamos ávidos de ver nuestra personalidad reconocida (Ley nº 1), y esto por medio de muestras de consideración y de nuestra puesta en valor (Ley nº2).
• Resulta evidentemente que todas las formas de ánimo que ponen en valor lo que hemos hecho de bueno es exactamente la aplicación práctica de la Ley nº 2.
• En estas condiciones, la estima que tengamos de nosotros mismos se eleva, puesto que se nos hace notar que tal o cual cosa ha sido bien hecha; incluso, aunque se trate de una cosa sin importancia.
• A la inversa, sabemos que cuando la estima de uno mismo está baja, desencadena automáticamente problemas y fricciones con los otros, pues, una personalidad frágil que duda de sí misma no puede tener relaciones equilibradas, normales y sanas con los demás; sino que, esta personalidad frágil se siente empequeñecida, aplastada y reacciona (Ley nº3) con un bloqueo o con agresividades, generalmente ambos.

Resultados a esperar de ello en las relaciones humanas:

Todas las formas de animar (las estudiaremos con detalle posteriormente) hacen que los problemas y las fricciones entre la gente desaparezcan del medio social: en la familia, en la empresa y en todas las formas de agrupaciones humanas.

3º ES EVIDENTE QUE UN JEFE NO PUEDE PASARSE SIN ESTE SUPLEMENTO DE ENERGÍA LIBERADA POR LOS ÁNIMOS.

Los jefes, dirigentes o responsables de todos los niveles y de todos las clases, intentan, evidentemente, obtener lo mejor de las personas que están bajo su presidencia o su autoridad: animar a las personas (con medios que veremos posteriormente) les dará ese dinamismo, es decir, esa energía que todos buscan.

4º TODAS LAS PERSONAS TIENEN NECESIDAD DE QUE SU TRABAJO SEA APRECIADO

Le recuerdo que la palabra "apreciar" significa: "dar su justo precio" a alguna cosa (del latín pretium = precio).

Esto no significa que se deba lisonjear a alguien diciéndole que su trabajo está bien hecho si eso es falso; sino que todos nosotros tenemos necesidad de saber constantemente cómo nos situamos con referencia a nosotros mismos y con referencia a los demás.

En la empresa

En una encuesta hecha a millones de asalariados se les preguntaba: "¿qué considera usted como lo más importante?

• Por otra parte de los asalariados la respuesta principal era: ver que la calidad de mi trabajo es reconocida (quedaba situada, pues, en primera posición).
• Por parte de los patrones, esta respuesta no llegó más que a la séptima posición.

Así pues, usted puede ver que la gente no se sabe poner nunca en lugar de los otros. Bien entendido que, normalmente, estamos persuadidos que se les comprende. Pero, cuando se pueden hacer encuestas que incluyen poblaciones importantes, nos damos cuenta de nuestro error.

En la industria

Desde hace algún tiempo se ha podido constatar que, en la industria, el trabajo de los obreros era mejor hecho cuando su moral estaba más alta y que el rendimiento era mayor (mejor productividad) cuando se reconocía el valor personal de los trabajadores.

Y a la inversa, también se ha podido comprobar que, a menudo en gran cantidad de industrias, y no precisamente de las menores, cuando los directivos se han contentado con interesar financieramente al personal con primas el resultado no era positivo, es decir, el sistema implantado fallaba.

Por el contrario, cuando se podían mezclar a la vez, la participación financiera o primas con el reconocimiento del mérito y del valor de los individuos, se conseguían mayores éxitos.

Así pues, una vez más, no hay error: los problemas financieros de las personas no son los únicos. En el fondo de cada ser está profundamente inculcado el deseo de ver reconocido primero su propio valor y su personalidad. Quedarse en el aspecto financiero, bajo el pretexto de que es importante, es esconderse del verdadero problema de fondo que es un problema de consideración.

Tanto usted, como yo, como todo el mundo, estamos hechos de esta forma y es preciso no olvidarlo.

II – TECNICAS PARA DAR ANIMOS

Animar puede resumirse de hecho en:

1. Dar las gracias.
2. Felicitar y alabar.

1º ESTÉ ATENTO: NO ESPERES HECHOS EXCEPCIONALES.

La vida está hecha de una infinidad de pequeños detalles. Si espera siempre a que se presente una ocasión excepcional para felicitar a la gente, ésta no se producirá a menudo. Y, mientras espera, su moral será mediocre cuando, en realidad, usted tiene necesidad de vivir en un medio en el que la moral sea buena; es decir, en un medio dinámico y constructivo.

Observe, por otra parte, que es totalmente normal que usted felicite a alguien por una cosa excepcional; por este motivo estas felicitaciones tienen menos relevancia.

Por el contrario, lo que es importante y difícil es el estar atento y darse cuenta que hay que felicitar a la gente por cosas menos evidentes:

• Si su mujer ha hecho un buen plato o ha preparado un postre inesperado, agradézcaselo.
• Si su mujer ha ido al peluquero o se ha comprado una nueva ropa o un nuevo accesorio, nótelo y dígale lo que piensa de ello.
• Si su secretaría hace a máquina una bella carta, o hace un trabajo más rápido, o hace más de su horario normal, agradézcaselo.

Concretamente: esté atento para percatarse de los más mínimos detalles por los que usted pueda agradecer y felicitar.

2º NO CONSIDERE NUNCA COMO UN HECHO EVIDENTE QUE LOS DEMÁS SABEN QUE USTED ESTÁ SATIFECHO DE ELLOS.

Yo he intervenido en numerosas empresas y siempre, a todos los niveles, tarde o temprano, se acaba por quejarse de tal o cual superior que sabe muy bien criticar cuando algo no va bien, pero que nunca muestra su satisfacción cuando las cosas funcionan perfectamente.

Y, cuando, en algún momento, he hablado de ello con dicho superior con dicho superior, él me ha respondido invariablemente: "pero, ellos saben muy bien que estoy contento, puesto que no les digo nada..."

Si este es su caso, tenga en cuenta que tal actitud no es suficiente: dígaselo.

Todos nosotros tenemos necesidad de que se nos diga continuamente como se nos siente en nuestro trabajo y en todas nuestras realizaciones.

Animar, es decir, felicitar o agradecer, debe ser pues una acción permanente, puesto que la vida es permanente.

3º NO ESPERE NUNCA: FELICITE O AGRADEZCA INMEDIATAMENTE.

Como a menudo se tratará de pequeñas cosas, de pequeños detalles que usted habrá notado, si no felicita inmediatamente, terminará por olvidarse de ellos.

O bien, si espera algunas horas o algunos días para felicitar, habrá una desproporción entre su alabanza y el detalle que usted haya notado en alguien.

Psicológicamente es indispensable que tal esfuerzo sea inmediata y públicamente reconocido.

4º APRENDA A DECIR GRACIAS O A FELICITAR.

¿Ha notado lo difícil que es dar las gracias a alguien?

En los grupos de perfeccionamiento personal sobre Contactos y Diálogos, se hacen unos pequeños psicodramas en los que uno de los participantes debe agradecer y felicitar al otro por una acción de hazaña; normalmente, prefiero utilizar para esto personas que me parecen extrovertidas, dinámicas y entusiastas, a fin de facilitar la representación. Estos son a menudo dirigentes que están acostumbrados al mando.

Pues bien, invariablemente, se produce la siguiente situación el "jefe" dice en algunos segundos una frase de agradecimiento y después se para. No sabe estrictamente que decir después de algunas palabras.

Para quien ha vivido todas estas escenas, sólo puede sacar de ellas la siguiente lección: no sabemos agradecer. Y no sabemos porque agradecemos muy pocas veces, quizás nunca.

¿Cuál es, pues, la buena técnica?

La buena técnica para agradecer o felicitar contiene 7 reglas:

1º – Sea sincero y simpático.

No es una cuestión de utilizar los ánimos y los agradecimientos para manipular a la gente en su favor, para poner a las personas a su servicio. La cuestión es tratar de establecer unas relaciones sanas entre los seres humanos: si usted agradece, debe ser sincero.

2º – Exprésese claramente.

No balbucee lo que tiene que decir con frases y palabras incomprensibles. No murmure. Es necesario que se le entienda bien y que no haya ambigüedad ni interpretaciones dudosas.

3º – Personalice

En todo lo posible, arrégleselas para introducir en su agradecimiento el nombre o el apellido de la persona en cuestión; esto le dará un peso suplementario. Si usted agradece o felicita a un grupo de personas, tómose la molestia de agradecer o felicitar indidualmente a cada uno, pronunciando claramente su nombre o apellido.

Esto no son trucos: psicológicamente, se trata de que cada personalidad se sienta, ella misma, directamente alcanzada, tenida en consideración individualmente: por lo tanto, usted no debe dar la impresión de utilizar los cumplidos o felicitaciones como un sistema standarizado.

4º Mire a la cara

No es el momento de apartar la vista, ni de mantener una mirada huidiza cuando se da a alguien un apretón de manos para felicitar o agradecer algo. Es realmente una situación en la que se ponen de acuerdo dos seres humanos, es decir, es un pacto de persona a persona y esta idea es la que debe prevalecer. Es, pues, indispensable que mire a la otra persona a los ojos.

5º - Entrénese

Busque todas las ocasiones posibles hasta que el agradecimiento se convierta en una costumbre para usted.

La mayoría de nosotros estamos muy lejos de que éste sea nuestro caso.

No espere, pues, a que se presente una ocasión que resalte a la vista. A partir de ahora, esté a la búsqueda de todo cumplido, por pequeño que sea, que usted pueda hacer a los demás; verá como su medio social se transforma.

Será el primer beneficiario del nuevo clima.

6º – Usted puede felicitar en Público

Esto depende de las ocasiones pero es evidente que un cumplido hecho delante de una tercera persona o de un grupo tomará mucho más valor y pondrá al otro "en el podium".

7º – Sorprenda

No dude en animar, felicite o agradecer cuando las personas no se lo esperan: esto no hará más que poner mucho más valor y relieve a su acción.

III – PRECAUCIONES A TOMAR

Debe quedar bien entendido que cuando la felicitación o el agradecimiento no están bien hechos o son inoportunos, se puede producir ciertos problemas secundarios que es conveniente evitar tomando las debidas precauciones.

Cuando en mis Grupos de Entrenamiento abordamos este capítulo de las felicitaciones, de los ánimos o de los agradecimientos, se me objeta que:

• Si uno se pone a agradecer a las personas un trabajo normal, éstas ya no harán ningún esfuerzo para mejorar.
• O bien, si se les felicita por su trabajo, pronto pedirán un aumento de sueldo o una promoción (si se trata de una empresa).
• Es decir, con el agradecimiento, ellos creerán que "ya está", que "ya no se les podrá controlar", etc...

Yo no subestimo los inconvenientes de los cumplidos mal formulados que pueden, en ciertos casos, hacer, efectivamente, más mal que bien.

Es, pues, bueno que examinemos cómo hay que evitar los inconvenientes, guardando siempre las ventajas expresadas en el encabezamiento y sabiendo que: el animar libera una energía suplementaria.

2 – NI LISONJA NI DEMAGOGIA: SEA SINCERO

La lisonja (que la mayor parte de la gente confunde con la felicitación y las alabanzas o el ánimo) hace más mal que bien.

Como dice el Pequeño Robert "La lisonja es una alabanza falsa o exagerada que se dirige a alguien por complacencia, totalmente calculada".

Siendo así que, desde el principio de este Dossier de las Relaciones Humanas, yo no he parado de ponerle en guardia contra la manipulación de los demás.

Es preferible alabar a alguien con cualquier cosita real, que intentar alabarle para causarle placer y, por ello, esperar de él una contrapartida. En efecto, en toda persona hay siempre algo de alabable, de válido. Pero, nuevamente repito, hay que estar atento y descubrirlo.

Es esta atencición, esta disponibilidad hacia los otros la base misma de las buenas relaciones humanas.

Cuando pensamos que verdaderamente no hay nada de alabable en alguien, es porque estamos todavía demasiados replegados sobre nosotros mismos, dirigidos hacia nuestros propios problemas, hacia nuestro YO.

Puedo garantizarle que si a veces es difícil encontrar lo que hay de bueno para felicitar a alguien, es porque siempre se busca demasiado lejos o se buscan cosas demasiado complicadas. El menor esfuerzo debe ser considerado como un signo positivo digno de elogio.

Es preferible, con mucho, el felicitar por una pequeña cosa real que hacer un cumplido excesivo y poco sincero.

Por ejemplo, cuántos hombres hacen cumplidos a las mujeres creyendo que les causan placer, hablándoles de su belleza, de sus bonitos rasgos, de sus bellos ojos, etc... Si la mujer es joven, y efectivamente bonita, ya habrá oído innumerables veces este tipo de cumplidos de una forma más o menos hábil y yo le puedo garantizar, por haberlo escuchado a menudo en mis grupos, que están aburridas de todos estos cumplidos.

En efecto, nosotros actuamos en este caso con la lisonjería indicada por el pequeño Robert. Se trata de un cumplido exagerado vistas a hacer algo.

Sería infinitamente más hábil y más natural el poner de relieve alguna cosa más difícil de discernir, más sincera, más verdadera, que quedarse en las meras apariencias y en las banalidades oídas mil veces.

2º – PREFERENTEMENTE ALABE EL ACTO – ANTES QUE A LA PERSONA

Una persona normal, a menudo, se molesta cuando se le felicita directamente, ¿no le ha pasado eso alguna vez?

Una persona anormal (orgullosa o ávida de lisonjas) creerá, sí usted la alaba a título personal, que "ya está", que "eso es lo normal".

Por el contrario, usted no arriesga nada cuando se queda en lo concreto y felicita a las personas por lo que han hecho, preferentemente que por lo que son: felicítelas por hechos realizados más que por su personalidad.

Dicho de otra forma, cada vez que usted se quede a nivel de lo concreto, de los hechos, usted se encontrará en terreno sólido. Cuando felicite en general a una persona, este elogio se volverá turbio y usted tendrá muchas más oportunidades de caer mal y de molestar al otro o desencadenar un reflejo de orgullo o de reinvindicación.

He aquí algunos ejemplos muy simples de como se puede actuar bien o mal al agradecer o felicitar.

BIEN	MAL
- Srta. María Jesús, sus últimas cartas son perfectas, sin ninguna falta de máquina, ni de ortografía, y con la distribución que yo deseaba: le agradezco que se haya anticipado a mis deseos. - Sr. González, sus ventas han batido los records de nuestra red de representantes: usted ha progresado un 15% y está clasificado el nº1. - Begoña, me gusta mucho el reflejo de tus cabellos; ¿a qué peluquero has ido para estar tan peinada? - Usted tiene una casa encantadora: qué buena idea el haber recuperado esta vieja chimenea provenzal.	- Srta. María Jesús, usted es una buen secretaria. - Sr. González, es usted uno de nuestros mejores - Begoña, eres muy bonita. - Tiene que estar verdades verdaderamente a gusto viviendo una residencia como ésta.
En resumen: En esta columna usted encontrará siempre hechos.	Aquí, no son más que meras opiniones.

3º USTED EVITARÁ TODA SOSPECHA DE FAVORITISMO

Alabando un trabajo preciso que todo el mundo puede verificar y controlar no se le puede reprochar ningún favoritismo hacia la persona en cuestión; es exacto que ese determinado trabajo ha sido bien hecho y en menos tiempo que de costumbre.

Por el contrario, si usted agradece o felicita a la persona sin más, habrá siempre celosos que pensarán que usted "quiere" a una persona antes que a otras. Y, de esa manera, desencadenará crisis de celos que quizá no sean demasiado perceptibles pero sí muy reales.

Por otra parte, de esta forma evitará la situación embarazosa de la persona alabada.

BUENO	MALO
- Alabe a las personas por su trabajo y éstas mejorarán más aún. - Alábelas por su conducta y ésta mejorará. - Alabe los actos y cualidades particulares: esto hará crecer la estima de sí mismos.	- Alabe a la persona por sí misma y se arriesgará a acrecentar su vanidad y egoísmo. - Cuando se nos alaba a título personal, siempre creemos que esto no es más que una lisonja que disimula un pensamiento con segundo sentido para conseguir no se sabe qué.

IV – APRENDA A ANIMAR A LOS DEMÁS, USTED SERÁ EL PRIMER BENEFICIADO.

1. - Es una aplicación de la Ley del Espejo.

• Animando, alabando y agradeciendo usted distribuye literalmente la alegría de vivir a los demás.
• Cuanto más la distribuye tanto más retornará en su propio beneficio.
  No se sabe exactamente el porqué de esta situación, pero es un hecho revelado no solamente por los psicólogos, sino que es algo que pueda comprobar usted mismos.
• Cuanto más atento esté usted respecto a los demás para detectar los aspectos buenos y las pequeñas cosas por las que felicitar, menos atento estará a usted mismo y a sus propios problemas y, por consiguiente, usted vivirá menos replegado sobre sí mismo.

2. - ¿Ha oído hablar del Club de los Cumplidos?
   Este Club nació espontáneamente después de una crónica aparecida en un periódico americano, hace algún tiempo.

• Sin oficina, ni cotización, ni adhesión.
• Después de un artículo publicado por un periodista conocido, cada uno tomaba, simplemente, el compromiso de expresar sus cumplidos sinceros a tres personas cada día.
  ¿Por qué no hacer nosotros otro tanto?
  
  

3. Aplique la fórmula : "C.D.C." = "Cese de criticar"
   Es una fórmula que fue encontrada por un congreso de psicólogos que buscaban un medio práctico de ayudar a las personas a ser más felices y más libres.
   El espíritu de crítica es un indicio de neurosis.
   A la inversa, cuando se empieza a buscar lo que hay de bueno y de bello en los demás y alrededor de sí mismo, se aumenta la propia alegría de vivir y se multiplica el placer de los demás: que, por el juego de Ley del Espejo, le devuelve con fuerza.
   Si hay una persona con la que usted se entiende mal, haga una prueba: en lugar de criticarla o simplemente ser cortés, felicítela.
   Marcelle Auclair cuenta que un día, en el curso de una comida, se encontraba al lado de un escritor a quien ella dijo con toda buena fe que su editor, el Sr. X... le tenia en gran estima y le había hecho muchos cumplidos de él.
   El otro le escuchó encantado: sus ojos se iluminaron.
   Un poco más tarde, Marcelle Auclair se dió cuenta de que se había equivocado: en realidad, el editor y el escritor, su vecino de mesa, estaban de hecho, tirándose cuchillos. Ella, sin saberlo, se había equivocado de personaje.
   Pero, el resultado fue extraordinario: el escritor, que estaba frío con su antiguo editor, persuadido de que el otro le tenía en gran estima, buscó el medio de decirle cuánto le estimaba, y de hacer un acto de reconciliación; instantáneamente, ellos se reconciliaron y son, desde entonces, los mayores amigos del mundo.
   ¿Por qué no intenta usted también introducir este suplemento de entusiasmo, de eficacia y de calor humano en sus relaciones humanas, que desencadenen las felicitaciones y los agradecimientos hechos con sinceridad y que corresponden a un mérito real?. Usted tiene, de esta forma, un método simple y permanente de entenderse mejor con los demás y de transformar literalmente las situaciones conflictivas.
   Capítulo 18 del libro II de "Contactos y Dialogos", Instituto de Dinámica Mental (IDM), Autor Maurice Ogier
   

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