Miguel Clemente Díaz.
A. RAMIL Asegura que el individualismo de la sociedad actual es el responsable del éxito de las redes sociales y que el riesgo de adicción es mayor en los jóvenes que en quienes no nacieron en la era virtual. El profesor de Psicología de la Universidade da Coruña, Miguel Clemente Díaz aconseja a los padres controlar "a dónde acceden" sus hijos y que el tiempo de exposición a cualquier tipo de pantalla –ordenador, televisión o videoconsola– "nunca supere las tres horas".
–¿Qué tienen las redes sociales para que enganchen a miles de personas?
Asegura que el individualismo de la sociedad actual es el responsable del éxito de las redes sociales y que el riesgo de adicción es mayor en los jóvenes que en quienes no nacieron en la era virtual. El profesor de Psicología de la Universidade da Coruña, Miguel Clemente Díaz aconseja a los padres controlar "a dónde acceden" sus hijos y que el tiempo de exposición a cualquier tipo de pantalla –ordenador, televisión o videoconsola– "nunca supere las tres horas".
–Pero ¿las relaciones virtuales pueden ser como las reales?
–En absoluto. Las amistades que se hacen en estas redes suelen ser superficiales, volubles y cambiantes porque es muy fácil manipular la realidad –decir que se te colgó el ordenador cuando no te interesa seguir hablando– y porque hoy eres muy amigo de alguien, mañana no vuelves a aparecer en la red y no pasa nada. De todas formas también es positivo para algunas personas que hace décadas estarían condenadas a quedarse solas y que ahora pueden volver a rehacer su vida.
–Sin embargo, parece que hay una competición por ver quién tiene más amigos.
–Sí, hoy en día se cree que la valía de una persona está en función de cuantos amigos virtuales posee. Pero la realidad es que normalmente quienes tienen más amigos de este tipo cuentan con menos amistades en su vida real.
–Muchos utilizan las redes sociales para crear un mundo diferente a su realidad, ¿por qué?
–Por la facilidad que da el medio para hacerlo. En la vida real todos desempeñamos varios papeles, pero en la Red se puede inventar uno lo que quiera. Está demostrado que un 5% de los internautas miente sobre su sexo y que un 60% varía levemente –diez años arriba o abajo– su edad.
–Difícil mantener tanta mentira...
–Efectivamente. Muchas de las relaciones que se establecen en la Red son esporádicas porque quien se crea varios personajes tiene que hacer un continuo esfuerzo por recordar lo que se ha inventado y al final deja esa amistad.
–En estas redes cada uno cuenta su vida, cuelga sus fotos, ¿revelan el egocentrismo del ser humano?
–Más que egocentrismo, estas redes fomentan el exhibicionismo. La prueba está en gente que le da vergüenza desnudarse y no duda en hacerlo ante una webcam.
–Esta dependencia de internet, ¿qué consecuencias tiene en el día a día de los ciudadanos?
–Como cualquier dependencia no es buena. El principal problema está en los jóvenes que nacieron en la era virtual, los adultos aún estamos en un periodo de transición. Utilizamos internet para ciertas cosas, pero también leemos una novela, quedamos con nuestros amigos reales...
–En los adolescentes, ¿la cosa se complica?
–Sí, por una parte pierden tiempo de quedar con sus amigos por hablar con ellos o con sus amistades virtuales a través del Tuenti. Por otra parte, la dependencia que tienen a estas páginas hacen que pierdan la concentración en otras cosas. Les mandas buscar información en la Red para un trabajo y son incapaces de hacerlo sin mirar también su perfil. Esto hace que la calidad del trabajo final disminuya.
–Los niños de hoy cada vez navegan antes por internet.
–Sí, pero creo que es un error. Los expertos recomiendan que antes de los 2 años los niños no estén expuestos a ningún tipo de pantalla.
–¿Qué tienen las redes sociales para que enganchen a miles de personas?
Asegura que el individualismo de la sociedad actual es el responsable del éxito de las redes sociales y que el riesgo de adicción es mayor en los jóvenes que en quienes no nacieron en la era virtual. El profesor de Psicología de la Universidade da Coruña, Miguel Clemente Díaz aconseja a los padres controlar "a dónde acceden" sus hijos y que el tiempo de exposición a cualquier tipo de pantalla –ordenador, televisión o videoconsola– "nunca supere las tres horas".
–Pero ¿las relaciones virtuales pueden ser como las reales?
–En absoluto. Las amistades que se hacen en estas redes suelen ser superficiales, volubles y cambiantes porque es muy fácil manipular la realidad –decir que se te colgó el ordenador cuando no te interesa seguir hablando– y porque hoy eres muy amigo de alguien, mañana no vuelves a aparecer en la red y no pasa nada. De todas formas también es positivo para algunas personas que hace décadas estarían condenadas a quedarse solas y que ahora pueden volver a rehacer su vida.
–Sin embargo, parece que hay una competición por ver quién tiene más amigos.
–Sí, hoy en día se cree que la valía de una persona está en función de cuantos amigos virtuales posee. Pero la realidad es que normalmente quienes tienen más amigos de este tipo cuentan con menos amistades en su vida real.
–Muchos utilizan las redes sociales para crear un mundo diferente a su realidad, ¿por qué?
–Por la facilidad que da el medio para hacerlo. En la vida real todos desempeñamos varios papeles, pero en la Red se puede inventar uno lo que quiera. Está demostrado que un 5% de los internautas miente sobre su sexo y que un 60% varía levemente –diez años arriba o abajo– su edad.
–Difícil mantener tanta mentira...
–Efectivamente. Muchas de las relaciones que se establecen en la Red son esporádicas porque quien se crea varios personajes tiene que hacer un continuo esfuerzo por recordar lo que se ha inventado y al final deja esa amistad.
–En estas redes cada uno cuenta su vida, cuelga sus fotos, ¿revelan el egocentrismo del ser humano?
–Más que egocentrismo, estas redes fomentan el exhibicionismo. La prueba está en gente que le da vergüenza desnudarse y no duda en hacerlo ante una webcam.
–Esta dependencia de internet, ¿qué consecuencias tiene en el día a día de los ciudadanos?
–Como cualquier dependencia no es buena. El principal problema está en los jóvenes que nacieron en la era virtual, los adultos aún estamos en un periodo de transición. Utilizamos internet para ciertas cosas, pero también leemos una novela, quedamos con nuestros amigos reales...
–En los adolescentes, ¿la cosa se complica?
–Sí, por una parte pierden tiempo de quedar con sus amigos por hablar con ellos o con sus amistades virtuales a través del Tuenti. Por otra parte, la dependencia que tienen a estas páginas hacen que pierdan la concentración en otras cosas. Les mandas buscar información en la Red para un trabajo y son incapaces de hacerlo sin mirar también su perfil. Esto hace que la calidad del trabajo final disminuya.
–Los niños de hoy cada vez navegan antes por internet.
–Sí, pero creo que es un error. Los expertos recomiendan que antes de los 2 años los niños no estén expuestos a ningún tipo de pantalla.
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Para nada de acuerdo, te invito a que eches un ojo a mi visión del tema que es muy diferente... http://manuel3m5i.blogspot.com/2011/07/el-mundo-30-origen-o-destino.html
ResponderEliminarEl hecho es que almenos bajo mi punto de vista, es imposible tener 500 amigos reales que has quitado de Facebook o de otra parte, primero por las distancias y segundo por el tiempo. Lamentablemente mucha gente prefieres esas relaciones superficiales que no profundizan y que por lo tanto no dan problemas
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