de diariodelevante
Jornadas de Psicología. Los expertos subrayan la importancia del optimismo en la resolución de problemas cotidianos y distinguir una concepción inteligente de la felicidad alejada de la idea, en la actual sociedad de consumo, de que es más feliz quién mas tiene. La belleza, la juventud, el amor o el dinero no son garantía de felicidad
SARA RIOS CASTELLÓ
Hablar de la receta de la felicidad resulta complicado teniendo en cuenta que nadie la prescribe y en ningún sitio se compra un fármaco para lograrla. Estos días diversos expertos de toda España intentan en la Universitat Jaume I localizar las claves y transmitir los consejos que pueden propiciar este estado que todo el mundo anhela disfrutar. Lo que está claro es que la felicidad es personal y que no tiene tanto que ver con lo que se tiene sino con lo que se es.
El Equipo de Investigación de Psicofisiología de la Motivación y Emoción, del Departamento de Psicología Básica, Clínica y Psicobiología de la UJI organiza hasta mañana las quintas Jornadas de Psicología Experimental con el título "El mito de la felicidad".
"La felicidad no está en tener objetos sino en la evaluación que le damos. Se puede tener de todo y ser infeliz. La felicidad nos la marcamos cada uno, se trata de disfrutar de lo que se tiene y valorarlo", explicó la profesora del el Departamento de Psicología Básica, Clínica y Psicobiología de la UJI, Amparo Carpi.
Para lograr un estado de satisfacción, la persona debe tener una visión real y saber donde están los problemas para saber que recursos se tienen para resolverlos. Este proceso se debe hacer desde un punto de vista optimista, "porque el pesimismo nos lleva a la tristeza y a la inoperatividad", señaló Carpi.
Los expertos aconsejan huir del del condicional, es decir, del si yo tuviera o yo fuera para lograr la felicidad, que no hay que confundir con la alegría, que es una sensación más pasajera.
El catedrático de Psicología de la Motivación y la Emoción de la UJI, Francisco Palmero, aseguró que existe la felicidad, "pero no se puede lograr con las recetas que lanzan algunos pseudoexpertos". Según Palmero, "la felicidad es una especie de mito y meta que todos queremos alcanzar, pero a veces nos quedamos sólo con la obtención de metas externas, que pueden contribuir pero que no la dan".
La anhelada felicidad pasa, a su juicio, por conseguir lo que uno cree que es lo mejor para él, "por eso es necesario descubrirse a uno mismo, conocer las virtudes y defectos y aceptarse. En función de eso, se deberán ajustar los recursos con los objetivos "para sentirse desarrollado como persona".
Palmero aconseja buscar la felicidad en el interior, "ya que no se encuentra en ningún sitio, no es tangible". El gran problema está en que no existe un patrón generalizado que indique los pasos para ser feliz y que garantice que tras cumplir todas las premisas estipuladas logremos la anhelada felicidad.
Hablar de la receta de la felicidad resulta complicado teniendo en cuenta que nadie la prescribe y en ningún sitio se compra un fármaco para lograrla. Estos días diversos expertos de toda España intentan en la Universitat Jaume I localizar las claves y transmitir los consejos que pueden propiciar este estado que todo el mundo anhela disfrutar. Lo que está claro es que la felicidad es personal y que no tiene tanto que ver con lo que se tiene sino con lo que se es.
El Equipo de Investigación de Psicofisiología de la Motivación y Emoción, del Departamento de Psicología Básica, Clínica y Psicobiología de la UJI organiza hasta mañana las quintas Jornadas de Psicología Experimental con el título "El mito de la felicidad".
"La felicidad no está en tener objetos sino en la evaluación que le damos. Se puede tener de todo y ser infeliz. La felicidad nos la marcamos cada uno, se trata de disfrutar de lo que se tiene y valorarlo", explicó la profesora del el Departamento de Psicología Básica, Clínica y Psicobiología de la UJI, Amparo Carpi.
Para lograr un estado de satisfacción, la persona debe tener una visión real y saber donde están los problemas para saber que recursos se tienen para resolverlos. Este proceso se debe hacer desde un punto de vista optimista, "porque el pesimismo nos lleva a la tristeza y a la inoperatividad", señaló Carpi.
Los expertos aconsejan huir del del condicional, es decir, del si yo tuviera o yo fuera para lograr la felicidad, que no hay que confundir con la alegría, que es una sensación más pasajera.
El catedrático de Psicología de la Motivación y la Emoción de la UJI, Francisco Palmero, aseguró que existe la felicidad, "pero no se puede lograr con las recetas que lanzan algunos pseudoexpertos". Según Palmero, "la felicidad es una especie de mito y meta que todos queremos alcanzar, pero a veces nos quedamos sólo con la obtención de metas externas, que pueden contribuir pero que no la dan".
La anhelada felicidad pasa, a su juicio, por conseguir lo que uno cree que es lo mejor para él, "por eso es necesario descubrirse a uno mismo, conocer las virtudes y defectos y aceptarse. En función de eso, se deberán ajustar los recursos con los objetivos "para sentirse desarrollado como persona".
Palmero aconseja buscar la felicidad en el interior, "ya que no se encuentra en ningún sitio, no es tangible". El gran problema está en que no existe un patrón generalizado que indique los pasos para ser feliz y que garantice que tras cumplir todas las premisas estipuladas logremos la anhelada felicidad.
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