Una investigación de la UGR afirma que las personas tendentes al trastorno obsesivo compulsivo caerán antes con esta afición
Muñecas de porcelana, piedras preciosas, dedales del mundo, relojes, modelos por piezas o incluso los cursos de idiomas que se pueden encontrar en los quioscos de toda la ciudad no son tan inofensivos como parecen. Según un estudio reciente realizado por Francisca López Torrecillas, profesora de Psicología de la Universidad de Granada, los artículos coleccionables pueden provocar que las personas con tendencia a sufrir un trastorno obsesivo compulsivo desarrollen mucho antes esta patología.
El estudio determina que los ciudadanos pueden desarrollar dos tipos de enfermedades psicológicas por esta afición. El principal síndrome que según la investigadora puede salir a la luz es el de Diógenes, debido a la tendencia a coleccionar de forma exagerada estos objetos y sobre todo de guardarlos sin importar el orden dentro de las casas y habitaciones. Por otro lado, los coleccionistas pueden volverse adictos a las compras y desarrollar un cuadro de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), tal y como mostró el 12% de la población estudiada. Los resultados del informe coinciden con la llegada del nuevo curso, y comenzó porque desde el departamento y los hospitales de la provincia se ha detectado un aumento muy importante de los pacientes que sufren este tipo de trastornos.
La investigadora destaca en el informe que rasgos como una excesiva necesidad de control, el perfeccionismo, la meticulosidad y el orden son muy frecuentes en las personas que tienen este hobby, aunque se debe tener cuidado porque también pueden ser claras señales de este tipo de enfermedades mentales.
La causa principal que se reseña en el informe es la excesiva presión y el bombardeo publicitario que muchas editoriales ejercen a finales de agosto y principios de septiembre a causa del final de la época estival a través de los medios de comunicación, que se constituyen también como una vía muy útil de ayuda e información para estos pacientes.
Pese a todo, no todos los efectos de esta afición son perjudiciales. En la otra cara de la moneda, y siempre que esta pasión se cultive de forma controlada, coleccionar objetos es beneficioso desde el punto de vista psicológico, convirtiéndose en una forma de desarrollo de las habilidades y actitudes muy positivas para la vida del individuo como la constancia, el orden, la paciencia o la memoria.
De esta forma, López Torrecillas advierte que este es sólo el principio y que estos hobbies deben de estar en el punto de mira de las investigaciones. Además, añade que es necesario realizar más estudios en profundidad sobre este ámbito de la psicología.
El estudio determina que los ciudadanos pueden desarrollar dos tipos de enfermedades psicológicas por esta afición. El principal síndrome que según la investigadora puede salir a la luz es el de Diógenes, debido a la tendencia a coleccionar de forma exagerada estos objetos y sobre todo de guardarlos sin importar el orden dentro de las casas y habitaciones. Por otro lado, los coleccionistas pueden volverse adictos a las compras y desarrollar un cuadro de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), tal y como mostró el 12% de la población estudiada. Los resultados del informe coinciden con la llegada del nuevo curso, y comenzó porque desde el departamento y los hospitales de la provincia se ha detectado un aumento muy importante de los pacientes que sufren este tipo de trastornos.
La investigadora destaca en el informe que rasgos como una excesiva necesidad de control, el perfeccionismo, la meticulosidad y el orden son muy frecuentes en las personas que tienen este hobby, aunque se debe tener cuidado porque también pueden ser claras señales de este tipo de enfermedades mentales.
La causa principal que se reseña en el informe es la excesiva presión y el bombardeo publicitario que muchas editoriales ejercen a finales de agosto y principios de septiembre a causa del final de la época estival a través de los medios de comunicación, que se constituyen también como una vía muy útil de ayuda e información para estos pacientes.
Pese a todo, no todos los efectos de esta afición son perjudiciales. En la otra cara de la moneda, y siempre que esta pasión se cultive de forma controlada, coleccionar objetos es beneficioso desde el punto de vista psicológico, convirtiéndose en una forma de desarrollo de las habilidades y actitudes muy positivas para la vida del individuo como la constancia, el orden, la paciencia o la memoria.
De esta forma, López Torrecillas advierte que este es sólo el principio y que estos hobbies deben de estar en el punto de mira de las investigaciones. Además, añade que es necesario realizar más estudios en profundidad sobre este ámbito de la psicología.
origen: http://www.granadahoy.com
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Jaume Guinot
Gabinete de Psicologia - Colegiado 17674
Web:
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Blog:
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