"Cuando apreciamos lo bueno, lo bueno se aprecia", afirmó uno de los principales expertos de Harvard en Psicología Positiva.
Con estos conceptos, Tal Ben-Shahar desafió la creencia de que el éxito lleva a la felicidad en las empresas.
El académico sostiene la necesidad de convencerse de que el éxito no es el que logra la felicidad sino que es un canal para llegar a él.
"Lo esencial es focalizarse en lo que funciona para lograr cosas extraordinarias", afirmó Ben-Shahar, quien se desempeña actualmente a nivel mundial como consultor de ejecutivos de multinacionales y poblaciones en riesgo.
Sostuvo que "las empresas que tienen más éxito, más productividad y mayores niveles de actividad, son las que se concentran en lo positivo y han aplicado la psicología positiva".
"Si no nos focalizamos en lo que funciona, como empresa, individuo, pareja, padre o lo que fuere, estamos limitándonos como persona", declaró Shahar ante un auditorio compuesto por más de medio centenar de hombres de negocios.
Además, dijo que cada vez más organizaciones están aplicando y tomando ideas de esta ciencia "porque realmente funciona".
A los directivos y ejecutivos aconsejó "ampliar sus horizontes con visión de altas expectativas en el otro", "tener un pensamiento y crecimiento positivo"; "asumir la responsabilidad de hacerlo, ser duro y respetuoso" y como último punto, "focalizarse en la fortaleza de cada uno".
"¿Cómo hago esto? -se preguntó Ben Shahar- y aconsejó que la respuesta está en las preguntas que nos hacemos, y puso como ejemplo a la situación de poblaciones en riesgo donde se aplicó esta ciencia.
"Un ejemplo fue el fracaso de las organizaciones que hace 40 años brindaban ayuda a niños de escasos recursos, con distintos programas de estudio y ninguno funcionaba", recordó.
En los años 80, -explicó- cuando se hizo hincapié en la Psicología positiva, se aplicaron programas que estuvieran relacionados con la depresión y se focalizaron estudiando a los niños exitosos.
"Se descubrió que eran resilentes, tenían la capacidad de caer y salir del fracaso. Estos niños tenían objetivos claros para el futuro, eran positivos, tenían a quién admirar y se focalizaban en las fortalezas sin ignorar aquellas cosas en las que eran buenos".
"Esto sirvió -agregó-para que los especialistas comenzaran a implementar esta ciencia y elevaron de esa forma los niveles de optimismo disminuyendo en más del 50 por ciento la depresión en los niños de esas poblaciones de riesgo".
"Los mejores libros de autoayuda son las verdaderas biografías", sentenció Ben Shahar, quien indicó que esos niños "empezaron a leer biografías e historias verdaderas de personas que tuvieron éxito, porque esos ejemplos dan forleza, energizan y eso hizo la diferencia".
"El coeficiente intetelectual cambia según las expectativas. No se nace y se muere con el mismo coeficiente", explicó el académico.
Sostuvo que "debemos ser conscientes de que sólo vemos una parte pequeña de la realidad y si no nos damos cuenta de ello, el precio que se paga es muy alto".
"Si las únicas preguntas que nos hacemos están relacionadas con el problema, las cosas fantásticas y que funcionan no existirían, por eso debemos preguntar -aconsejó- sobre cuáles son y concentrarnos en ellas".
A modo de conclusión resumió sus conceptos en algunos consejos devenidos en tips, como "buscar las semilla, regarla, darle luz y esta crecerá".
"Los grandes líderes pasan mucho tiempo buscando la semilla, cuando la ven, la riegan, le dan luz y la hacen crecer", concluyó el especialista israelí.
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