Terapia Gestalt, un proceso para lograr el apoyo de uno mismo |
El cambio que buscamos en nuestra vida, la mayoría de las veces, es un susurro que viene andando por un camino en penumbra y que tiene la apariencia de un amigo de antaño.El cambio, desdiciendo a Sabina, es "volver al lugar" donde alguna vez hemos sido felices, es volver a la Comala o al Macondo interior, sitios que se nos hacen familiares apenas los avistamos en el horizonte y que olvidamos con frecuencia que son parte nuestra a la que recurrir para sentirnos mejor. Tanto Macondo (en Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez) como Comala (en Pedro Páramo de Juan Rulfo) son ciudades de novelas que están insertas dentro del estilo narrativo llamado realismo mágico y también son lugares de los que el lector puede entender más internos que geográficos.
En el pueblo de Macondo -cuenta García Márquez- tras la peste del insomnio, los lugareños tuvieron que utilizar distintas técnicas para recordar. En nuestro "Macondo interior" cada uno de nosotros tenemos a un Melquíades y a nuestra propia poción mágica para recordar qué es lo que nos hace estar mejor con nosotros mismos, y con ello abrir la puerta para el cambio personal. En Comala, "un pueblo muerto, poblado sólo de voces gastadas, ecos, murmullos, fantasmas y sombras", es la transformación la que se nos anuncia como proceso necesario para el cambio. Encontrar y "vivir" en el "Comala interior" nos da posibilidad de morir y de nacer a una forma más creativa y sana de vivir.
Para "entrar" a nuestro Comala o Macondo tenemos que romper con hábitos y rigideces. Para "vivir" en ellos, aceptar y tomar consciencia, son requisitos indispensables. Para cambiar en ellos, estar atentos, ser creativos y tener fe, ayudarán a reescribir nuestra propia novela interior.
En el pueblo de Macondo -cuenta García Márquez- tras la peste del insomnio, los lugareños tuvieron que utilizar distintas técnicas para recordar. En nuestro "Macondo interior" cada uno de nosotros tenemos a un Melquíades y a nuestra propia poción mágica para recordar qué es lo que nos hace estar mejor con nosotros mismos, y con ello abrir la puerta para el cambio personal. En Comala, "un pueblo muerto, poblado sólo de voces gastadas, ecos, murmullos, fantasmas y sombras", es la transformación la que se nos anuncia como proceso necesario para el cambio. Encontrar y "vivir" en el "Comala interior" nos da posibilidad de morir y de nacer a una forma más creativa y sana de vivir.
Para "entrar" a nuestro Comala o Macondo tenemos que romper con hábitos y rigideces. Para "vivir" en ellos, aceptar y tomar consciencia, son requisitos indispensables. Para cambiar en ellos, estar atentos, ser creativos y tener fe, ayudarán a reescribir nuestra propia novela interior.
No damos crédito de nuestras herramientas
Hemos sido felices en esos "sitios" no porque alguien nos ha facilitado las cosas, sino porque precisamente "ahí" es donde de verdad hemos atendido a nuestras necesidades y las hemos satisfecho nosotros mismos o hemos sido capaces de pedir ayuda sin manipular a nadie. Mi sobrino de dos años grita, sin ninguna timidez, "¡ayuya!" cada vez que no alcanza el juguete que él quiere. Cuando niños lo sabemos, ahora de adultos sólo hay que recordarlo y poner un ingrediente más: la responsabilidad de satisfacernos con las consecuencias que se den.La responsabilidad de satisfacernos y cambiar
Somos responsables absolutos de nuestro propio bienestar. La responsabilidad no es culpa ni victimismo -ninguna de estas dos últimas aceptan las consecuencias- sino hacerme cargo de lo que soy y de lo que esto implica. La mayoría de nuestras insatisfacciones parten desde el minuto en que decidimos no hacer frente a algo que nos incomoda sólo por el hecho de no generar un conflicto: sacamos el conflicto del ambiente externo y lo metemos en el interno, lo que se traduce en que tragamos sin masticar. Cuando incorporamos las consecuencias a nuestro proceso de cambio, aceptamos el hecho de que no siempre vamos a gustar o ser aceptados.Autoapoyo en Terapia Gestalt
En Terapia Gestalt la invitación es a mirar hacia adentro, sin perder de vista el entorno, dejando que nuestro organismo -en su totalidad- actúe como una brújula más que como un plan concebido de antemano (carácter). Que el contacto con la situación y con las personas sea un encuentro de sensibilidades y no de rigideces, que la frontera o el límite no se convierta siempre en un conflicto. Para la Terapia Gestalt el autoapoyo es un proceso de búsqueda interna, de la mano de alguien que ya conoce el camino, y del cual salimos conociendo a nuestros ángeles y demonios en condiciones de hacernos responsables y de utilizar nuestros pies para echar el ancla y poder mirar al cielo sin marearnos.Reseñas
De Casso P., (2009). Gestalt, Terapia de la autenticidad. Barcelona: Kairós.
García G., (1967). Cien años de soledad. Barcelona: Círculo de lectores
García G., (1967). Cien años de soledad. Barcelona: Círculo de lectores
Paulina Ramirez via Qualia
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