Si bebes no conduzcas, pero ¿si te drogas? La respuesta debería ser que tampoco, pero lo cierto es que los estupefacientes tienen mucha más presencia entre los conductores que el alcohol. Casi el doble, según el estudio Druid, coordinado por la Comisión Europea, que pone a España en la cabeza destacada en esta lista entre los países que participaron.
El informe se hizo en los años 2009 y 2010 entre casi 3.500 conductores en una muestra aleatoria que no hacía hincapié en lugares ni horarios de riesgo. Un 16% de ellos dieron positivo en algún tipo de sustancia psicoactiva. Un 4% solo había consumido alcohol, (porcentaje que baja a un 2,3% si se limita a los que superaron la tasa permitida) pero el resto, un 12%, había consumido alguna droga, ilegales o fármacos que afectan a la conducción, y algunos, además, alcohol.
El estudio, al que ha tenido acceso este periódico, es el más exhaustivo hasta la fecha. Fue presentado en una sesión técnica en la Dirección General de Tráfico (DGT) el pasado diciembre, pero ni se ha presentado a los medios ni se ha colgado en su página web, "al contrario que todas las demás presentaciones", explica una fuente de la DGT que piensa que "hay motivos políticos para ocultarlo porque muestra graves resultados".
La gravedad radica, además de en la peligrosidad que supone conducir bajo los efectos de alguna sustancia psicoactiva, en que, según estos datos, mientras que hay una creciente conciencia de abstenerse a la hora de coger el vehículo si se va ebrio, no existe casi ninguna de no hacerlo drogado. La prevalencia de estupefacientes ilegales entre los conductores, especialmente cannabis y cocaína, que fueron los más presentes, es muy similar a los datos que maneja la Agencia Nacional de Droga sobre consumo. Es decir, que estos consumidores no se moderan cuando van a conducir.
Los conductores que dieron positivo alcanzan sus mayores cifras entre las edades tempranas y van disminuyendo paulatinamente con la edad. Sucede lo contrario cuando se habla solamente de alcohol, cuya presencia aumenta cuanto más veterano es el conductor. El consumo de estupefacientes es más frecuente en varones que en mujeres, en vías urbanas que interurbanas y durante la madrugada que en el resto del día, tanto en fin de semana como en días laborales.
España sale muy mal parada si se comparan sus datos con los de los 13 países que participaron en el Druid (acrónimo de Driving Under Influence of Alcohol, Drugs and Medicines, es decir: Conducción Bajo la Influencia de Alcohol, Drogas y Medicamentos). Las cifras españolas varían ligeramente a la hora de hacer esta comparación para que todas sean homogéneas. Una vez hechas estas modificaciones, solo Italia está por encima de España en positivos por sustancias psicoactivas y ningún otro país llega ni siquiera a una tercera parte en la prevalencia de drogas ilegales.
Los autores del estudio, que en España ha sido realizado por personal de la DGT en colaboración con las Universidades de Valladolid y Santiago de Compostela, proponen "impulsar, desarrollar y generalizar el establecimiento de controles de drogas preventivos, como medida para incrementar la intervención disuasoria sobre el problema".
Desde hace algo más de un lustro se realizan en España estos controles para detectar drogas. Tanto la tecnología como la legislación han tenido que avanzar desde entonces para contar con unas pruebas rápidas y efectivas. Y ni siquiera ahora son frecuentes. Según un portavoz de la Guardia Civil, están en "fase experimental" porque se "están delimitando los procedimientos".
Desde 2010, cuando entró en vigor la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, los procedimientos están más tasados. El test indiciario salival es obligatorio para el conductor al que se le requiera, cuyo positivo tiene que ser cotejado con un laboratorio homologado. Según explica Manuel Rivadulla, catedrático de Toxicología de la Universidad de Santiago y uno de los mayores expertos de España en drogas y tráfico, estas pruebas son muy fiables y determinan si el conductor ha ingerido alguna sustancia alrededor de ocho horas antes de la prueba. Siempre que sea así, tanto en drogas ilegales como en fármacos que alteren la capacidad para manejar vehículos, estará cometiendo una infracción.
El problema viene a la hora de determinar si el conductor que conduce bajo los efectos de estupefacientes comete una falta administrativa o un delito. Así como en el alcohol está objetivado a través de una medición -es delito por encima de 0,6 miligramos por litro de aire-, con las drogas no se puede hacer lo mismo. "La cantidad de la muestra puede variar en función de muchos condicionantes, como que se le hayan quedado restos de la sustancia en los dientes", explica Rivadulla.
Son muy pocas las condenas penales por dar positivo en drogas, según explica Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados. Precisamente es esta falta de objetivación la que dificulta determinar hasta qué punto el consumo de droga al volante es un delito. "Las pruebas presentan problemas, todavía no hay una tecnología que permita medir una cantidad que se pueda considerar delictiva. Pero hay que concienciarse del problema, es muy grave", dice Arnaldo.
Muerte en dosis
- Los datos del Instituto Nacional de Toxicología, de 2010, muestran que el 42,4% de los conductores fallecidos en accidente de tráfico dio positivo por alcohol o drogas.
- El 73% consumió alcohol, un 29% drogas ilegales, y un 20%, psicotrópicos.
- Las autoridades creen que puede ser más peligroso el conductor borracho, que el achispado que se ve en perfectas condiciones.
fuente: el pais
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