Divorcio: Más niños al psicologo

La terapia en un consultorio. Con dibujos y plastilina se evalúa el comportamiento de los pequeños que sufren la separación de sus padres. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO

Los hijos, especialmente en edad escolar, son los principales afectados por las peleas continuas, separación o divorcio de sus padres. El caso más reciente que evidencia las secuelas extremas de este fenómeno es el intento de suicidio de dos niños, de 9 y 7 años, ocurrido el pasado 7 de abril en el cantón El Triunfo, en Guayas. Agobiados por el rompimiento inesperado de sus padres, luego de 10 días ambos decidieron terminar con sus vidas y bebieron un herbicida que usaba su progenitor en el huerto de su casa. A pesar de que los pequeños fueron atendidos a tiempo, el suyo no es un caso aislado. Eso se desprende de un estudio elaborado los seis últimos meses por Proeps (Programas Educativos de Psicología y Salud). Para documentar las consecuencias de este fenómeno, la entidad entrevistó a 250 padres y madres de Quito, que asisten en busca de ayuda a la institución, sostuvo su director Napoleón Vásquez. El porcentaje más alto (72%) de separaciones, precisamente, es por peleas constantes, seguido por la infidelidad y los casos de migración de los padres. Según 15 expertos consultados, la ruptura familiar (expresada en separaciones y divorcios) causa afectaciones psicológicas y emocionales en los niños y repercute en su comportamiento y rendimiento, tanto en las escuelas como en el hogar. En Quito, eso lo vivió el pequeño Joaquín, para quien el último año lectivo fue una pesadilla. Luego de problemas con su rendimiento, por las peleas de sus padres y su consecuente separación, el niño perdió el año. "Siempre estuvo entre los primeros del curso. Me separé de su padre y cayó en depresión", cuenta su madre Victoria Ramírez, mientras muestra las libretas de calificaciones de su hijo de 10 años. Ramírez se divorció en el 2010. Ese año, en Pichincha hubo4 606 divorcios: 1 761 mujeres y 179 hombres se separaron y quedaron al cuidado de sus hijos. La tendencia de divorcios aumentó sensiblemente la última década. Mientras el 2000 hubo 10 796 separaciones, en el 2010 sumaron 18 231: un incremento del 69%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Los divorcios dejaron, ese último año, a 7 218 mujeres solas con hijos, y a 877 hombres a cargo de sus niños. Pichincha ocupa el segundo lugar en la tasa de divorcios, con el 19%. Galápagos está en el primer lugar, con el 26%. Vídeo UN ESPECIALISTA HABLA SOBRE LOS PROBLEMAS QUE CAUSAN LOS DIVORCIOS EN LOS NIÑOS Entrevista al sicoterapeuta Lucio Balarezo. El problema en las escuelas Una periodista de este Diario visitó 12 escuelas públicas y privadas del norte y centro-sur de Quito, para constatar las repercusiones entre los niños. Todas las instituciones tienen un psicólogo, aunque la necesidad de más profesionales es evidente, por la incidencia creciente de este problema, relacionado con el incremento de los rompimientos de pareja. De las 12 instituciones, nueve no cuentan con información sobre los seguimientos a los niños con familias disfuncionales. Todos los doctores de esos planteles -que pidieron no ser citados, al igual que los planteles donde laboran- coincidieron en que, en vista de la demanda creciente de terapias y tratamientos de los escolares, un solo profesional es insuficiente. Por eso, la atención a los pequeños es mínima. En las tres escuelas privadas que tenían datos, los especialistas coincidieron en que realizan un seguimiento a los alumnos afectados junto con sus padres. Así han podido ayudar a que los niños no descuiden sus estudios y entiendan la situación de sus padres. Según una de las psicólogas consultadas en un plantel público, un comportamiento recurrente entre los padres es ocultarles a sus hijos lo que ocurre. A los niños no les cuentan que tienen problemas con sus parejas o que están separándose, incluso frente a los especialistas. "Creen que se les va a mandar a los niños de la escuela porque tienen una familia disfuncional. Es un error, porque nuestro objetivo es guiarles". Una maestra de ese mismo plantel, que tiene 28 alumnos en su grado, comenta que 13 de ellos tienen familias disfuncionales. Uno de los síntomas de que los niños enfrentan problemas -cuenta- es la indisciplina y la baja concentración. "Cuando lo detecto trato de ganarme su confianza para que me cuenten lo que pasa". Sandra Ruiz, especialista del Consejo de la Niñez y la Adolescencia (CNNA), cree que lo importante es evitar que los pequeños se sientan culpables: "el problema no son los niños, sino cómo los adultos presentan la separación". De eso dependen los efectos y el tiempo que tendrán las afectaciones. Si los padres asumen el divorcio, los infantes podrán acercarse a una realidad". Terapias privadas Para constatar la realidad fuera de las escuelas, también fueron consultados cinco psicólogos que tienen consultorios privados y se han especializado en estos casos. A sus consultas llegan, en su mayoría, parejas jóvenes, de entre 18 y 25 años, por problemas de disfunción familiar. Buena parte de las mujeres que decide terminar su relación tiene entre 25 y 30 años. Los hombres se separan entre los 30 y 35 años. Juliana Zurita se casó al terminar la secundaria porque estaba embarazada. El padre de su hijo tenía su misma edad (18 años). Actualmente ambos tienen 25 y su hijo, Matías, está por cumplir 7. Hace 15 meses se separaron, pero el más afectado fue el niño. "No quería ir a clases, era agresivo, no me hacía caso", relata su madre. Entonces, la pareja buscó la ayuda de un médico. Desde hace dos meses asiste con su hijo a terapias familiares. Con las sesiones, Matías ha mejorado su rendimiento escolar y es más disciplinado. "Entendimos que el problema éramos nosotros –destaca Zurita- y con la terapia logramos que comprenda nuestra separación". El psicoterapeuta integrativo Lucio Balarezo ha estudiado este fenómeno. Los niños reaccionan de diferente manera: unos se aíslan, otros se deprimen, sufren ansiedad, perturbaciones del sueño, indica Balarezo. Pero las afectaciones psicológicas y emocionales no son solo provocadas por las separaciones, sino por el llamado "abandono por presencia del padre". Es decir que sin estar divorciados los cónyuges, especialmente por trabajo u otras obligaciones, descuidan la atención de sus hijos. Esto lo experimentó Enrique Jijón, de 36 años, quien por dedicar más tiempo a su profesión dejó de compartir con su hijo Ariel, de 5 años. "Estaba tan concentrado en mi trabajo que casi siempre llegaba a mi casa en la noche y mi hijo ya estaba dormido". Un día, cuando desayunaba Ariel le pidió a su padre que le leyera un cuento mientras comía, porque no lo veía antes de dormir. "Lo que ocurrió con mi hijo me hizo reflexionar: él me necesitaba. Muchas veces los adultos estamos, pero no estamos". Las consecuencias, según el psicólogo Gustavo Martínez, se reflejan mientras los niños crecen. Luego de varios años -afirma- la agresión y la inseguridad, principalmente, son dos emociones que pueden afectar negativamente al hijo de padres divorciados (ver historia en nota compartida). Pasados los 12 años, en el caso de los hijos mayores, estos asumen el papel de padres, sostiene Martínez. "Las madres suelen endilgarles este papel". En ocasiones, agrega la psicóloga Gabriela Llerena, los daños son irreversibles. "Existen casos en los cuales los niños crecen y viven con ese resentimiento porque no tuvieron una figura paterna o materna y buscan refugio o cariño en otros seres en la madurez". Esto los puede llevar a fuertes depresiones e incluso al suicido, ante ese vacío que no fue llenado durante su niñez. La pérdida de año de Joaquín y su consecuente depresión pueden ser el inicio de una inseguridad y desmotivación. "Si sus padres no siguen una terapia familiar, es posible que el niño siga desmotivado en sus responsabilidades escolares y nuevamente pierda el año". Frente a esto, su madre contrató una tutora, para que su hijo reciba clases extras en las tardes y tenga una guía y no descuide sus tareas. "Nunca pensé que por la decisión de su padre y la mía se afectara tanto. Ahora, con la ayuda de los tutoriales, mi hijo ha mejorado su atención y recobrado las ganas para seguir aprendiendo", relata Ramírez, en la sala de su casa de dos pisos. Sobre un escritorio pequeño rodeado de figuras geométricas, lápices de colores y cuadernos, está su hijo Joaquín, quien busca concentrarse para aprender junto a su maestra "Titi". Los proyectos María Fernanda Porras funcionaria del Ministerio de Educación, informó que se proyecta crear una Consejería Estudiantil, para  trabajar directamente  con los psicólogos de cada escuela. El Consejo de la Niñez y la Adolescencia (CNNA) presentó al Ministerio de Educación una propuesta para combatir esta problemática. Recomendó que se creen escuelas para padres. En el 2003 los matrimonios  que terminaban en divorcios duraban en promedio  12,8 años. En el 2010,   aumentó a 14,1 años. Alrededor del 8%  se casa, entre los 15 y 19 años, según el INEC.Un 20% de  mujeres  se casa entre los 15 y 19.


fuente: ElComercio.com

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