El cerebro humano puede desdibujar en ocasiones la línea que separa la realidad de la imaginación y provocar enfermedades que sólo un psicólogo podría curar. | |
"Quién eres tú y dónde está mi marido", "Doctor, no me engañe, estoy muerto" o "Brad Pitt es mi novio" son frases que algunos expertos han tenido que escuchar de boca de sus pacientes, tan seguros de sí mismos como de la veracidad de sus afirmaciones. Son personas que padecen síndromes psicológicos, infrecuentes y poco mediáticos, pero que copan las consultas psiquiátricas. Sus mundos están construidos sobre una base de delirio y hacerles ver la realidad se convierte en una carrera prolongada y nada fácil para ellos mismos, sus médicos y sus seres queridos. Conocer qué enfermedades mentales existen y cuáles son sus características ha sido el objetivo de Pepe Landázuri, un periodista especializado en psicología que ha indagado en la historia y la psique humana, localizando casos reales rodeados de perplejidad y plasmándolos de forma amena y descriptiva. 1. El delirio de Capgras - Todos son unos farsantes "Una mujer de 37 años, ama de casa, que llegó a su casa y se encontró a un hombre que, para ella, tenía algo familiar y que llevaba las botas de su marido. Así que le preguntó: "¿Quién eres tú?". El hombre, creyendo que bromeaba, le pidió que le diera un beso. Ella se negó. Y, según le contó la paciente a su psiquiatra, empezó a hablar como si fuera su marido e incluso sabía cosas e ella. En realidad, sí que estaba ante su, asombrado, marido". La "despistada" mujer padece el síndrome de Capgras. Farsantes y dobles son protagonistas del mundo - fantástico - que rodea a sufridores de este delirio. En la gran pantalla, el personaje que Angelina Jolie daba vida en "El intercambio", un filme de Clint Eastwood, podría ser un caso de este tipo de enfermedad mental. 2. El delirio de Cotard - "Estoy muerto" No tienes pulmones, estómago, intestinos. "Un delirio nihilista producto de la angustia existencial más desoladora", describe el autor de "Doctor, no me engañe, sé que estoy muerto", título que hace referencia a este tipo de síndrome. Para las víctimas del delirio de Cotard, la insistencia de sus seres queridos sobre su buen estado de salud es inútil. Están completamente seguros de que la sangre no les circula, el corazón no les late y padecen una depresión tan arraigada que altera gravemente su estado mental hasta el punto de creerse muertos. 3. El síndrome de Clérambault - Obsesión con un famoso La obsesión que los adolescentes puedan sentir por sus ídolos musicales o cinematográficos, es considerada inocente y típica en esa edad, y sin embargo existe la posibilidad de que desencadene en una enfermedad mental: el síndrome de Clérambault. Sienten admiración, pasión y locura por un famoso, hasta el punto de creer firmemente que estos sentimientos son correspondidos. A pesar de no conocerles, su obesión va más allá, en algunos casos, con finales trágicos. 4. El síndrome de Münchausen - Deseo de llamar la atención ¿Qué niño no ha fingido algún dolor para librarse de ir al colegio o llamar la atención de sus padres? Esta situación, llevada al límite, se conoce como el síndrome de Münchausen. Son personas que fingen enfermedades para ser atendidos por los sanitarios y para sentirse queridos y cuidados. 5. El síndrome de koro - "¡Me han robado el pene!" Los complejos entorno al pene - tamaño, erección... - son problemas que algunos hombres sufren, provocándoles ansiedad y depresión. Cuando esta situación se convierte en una obsesión y el hombre comienza a creer que su pene está encogiendo hasta tal punto de desaparecer, el complejo pasa a ser el síndrome de koro, una enfermedad mental que se ha detectado sobre todo en grupos étnicos y religiosos de Asia y África. Terra |
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