El bruxismo es un hábito involuntario de apretar los dientes y lo tienen millones de personas, que no se imaginan los problemas adicionales que trae. Se calcula que pueden tenerlo uno de cada 3 personas, es decir es un mal muy común.
Es muy probable que revele una ansiedad o una compensación para controlar los nervios, como el frotarse las manos, tamborillear en las mesas, mover los pies haciéndolos vibrar o cosas similares.
El problema es que el apretar los dientes o la mandíbula, no sólo hace que se desgasten los dientes, sino también el esmalte, lo que trae la pérdida de encía. Además dolores de cabeza, dolor en los músculos de la mándíbula, cuello, dolor facial, fracturas de piezas dentales y curaciones, dientes sensibles, oído y mayor tensión nerviosa.La pérdida de esmalte en los dientes se llama abfracción dental y esto compromete las encías, lo que puede permitir acumulación de bacterias en dichas zonas y posteriormente traer consecuencias en otras áreas del cuerpo como la artritis en los dedos de las manos.
Si notas que el brillo de tus dientes se está perdiendo, puede ser una abfracción por la manía de apretar los dientes.
Es decir, el bruxismo es algo de cuidado y de consecuencias múltiples. Por ello, debe detectarse a tiempo cuando esté en grado I, ya que existe hasta el grado III.
Ahora bien, existen los bruxistas que no se dan cuenta cuando aprietan la mandíbula y los dientes. Pero también los bruxomanos que si se dan cuenta cuando lo hacen, pero o les gusta, o lo tienen como costumbre como mascar chicle.
Ambos son malos por supuesto.
Saber si tienes bruxismo
Para saber si tu lo tienes, haz conciente el movimiento de la mandíbula por espacio de unas dos horas y date cuenta si tienes tendencia a apretar los dientes. Puedes atarte un cordón de hilo e uno de tus dedos para que te haga recordar que estas haciendo el experimento de hacerlo conciente.
Si llegas a descubrirlo estarás haciendo algo bueno por tu salud y podrás evitarte muchos problemas en el futuro. Las personas con síndrome de Down lo padecen casi generalizadamente.
De la misma manera los que padecen de nerviosismo incrementan las estadísticas. Inclusive, puede modificar sus rasgos en el rostro al incrementarse los músculos por el exceso de ejercicio al apretar.
El grado I puede ser ocasional, por cortos periodos de tiempo y mientras dure la tensión nerviosa o los problemas. Puede desvanecerse por si solo, pero siempre debe detectarse a tiempo.
El grado II, implica el traslado de todas las tensiones o ansiedades hacia esta zona. Los síntomas de ansiedad pueden ser muchos, pero al llevarlos hacia la zona de la mandíbula, el bruxismo puede hacerse crónico y difícil de sanar.
El grado III, llega a situaciones extremas y hasta de placer. La persona no puede controlar sus nervios y los síntomas de ansiedad que se producen paralelamente pueden llevar a cuadros psicológicos muy difícil de erradicar. Se requiere de atención profesional especializada.
Controlar los nervios y la tensión
En todo este proceso, el manejo del poder mental, es fundamental. La relajación y la meditación son terapias de elección que suelen ser muy efectivas. La hipnosis no debe ser descartada.
Lo más importante es que el acto se vuelva conciente en las primeras dos etapas. Ello conlleva igualmente a tener mayor contro sobre nosotros mismos.
El bruxismo diurno lleva al bruxismo nocturno. La persona despierta con sensación de dolor en la articulación de la mandíbula e inclusive con las encías sangrantes.
Se utilizan las férulas dentales que son unas placas de resina o plástico que se colocan en los dientes como una protección. No es efectivo en todas las personas, e inclusive refieren que empeora el problema.
Son planos o protectores oclusales que cubren y protegen a los dientes contra el mayor desgaste, pero la raiz del problema persiste. Oclusal se refiere a la superficie masticatoria de los dientes, principalmente molares.
Como sanar el bruxismo
Si tienes bruxismo, lo primero es que descargues los programas que encontrarás en la columna de la derecha y que te permitirán relajarte, encontrarte con la raíz del problema y sobretodo ha hacerlo conciente.
Luego, que hagas un examen de lo que ocurre en tu vida que te tensiona tanto. Si de por si tienes tendencia al nerviosismo, eres un candidato a tener esta patología.
Por supuesto, no debes mascar chicle. No solo puede empeorar el problema sino que algunos estudios sugieren que es una de las causas que se convierte en manía.
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Jaume Guinot
Gabinete de Psicologia - Colegiado 17674
Web:
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Blog:
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