Origen: http://reyquidemente.blogspot.com
Uno cuando se casa espera que sea para toda la vida, pero la vida real no siempre es como sucede con Blanca Nieves, La Cenicienta o La Bella Durmiente, en este mundo las relaciones matrimoniales son más complicadas y no siempre tienen un final feliz.
Ahora les voy a hablar sobre un matrimonio donde no existe el respeto al otro conyuge, no hay decoro en el comportamiento delante de los hijos. me pregunto aún ¿Cómo es que siguen viviendo juntos?.
Jaime es el esposo, trabaja como chofer, si le da la gana no llega a casa a dormir, bebe siempre que puede, es infiel a la esposa. No ha tenido reparos en sacarle los cuernos a la mujer (que siempre había tenido un concepto errado de él), claro que ha sido capísimo para no hacerse agarrar infraganti. Ha intentando aparentar que era un ejemplo de fidelidad y un buen padre.
Ruth, la esposa ha soportado durante años el maltrato de Jaime, no se había atrevido a poner un alto, a valorarse un poco y no seguir soportando lo que le hacía su esposo. Una vez enterada de la constante infidelidad de él ha seguido a su lado -eso sí que es para sorprenderse-, es posible que se deba al síndrome de estocolmo doméstico, o tal vez por los hijos. Porque es costumbre que bajo ese argumento las mujeres generalmente se quedan atadas a sus maridos a pesar del maltrato que sufren.
En este caso, Ruth no ha tomado decisiones claras, porque por un lado ha dedicido no tener ningún tipo de contacto con él, ya no lo respeta y su miedo hacia él ha disminuido, si antes Jaime decía y ofendía como quería, ahora es ella quien lo hace; podemos decir que ha tenido un buen maestro. Ha tenido actitudes ambivalentes, pues en momentos de crisis toma la decisión de alejarse de él o echarlo de su lado, pero después utiliza sus artilugios para concenverla, y lo logra, porque ya son varias veces que dice en un momento: "Esto ya no va más". pero extrañamente luego cambia de opinión y lo perdona.
Por su parte, los hijos, son apegados a la madre y han sido testigos de todo el maltrato que ha soportado su madre; hacia su padre no existe ningún tipo de respeto, pues el solito, lo fue perdiendo, lo único que sigue latente es el temor de que vayan a ser maltratados por él.
Haré seguimiento a este caso y los avisaré y hay algún cambio en esta extraña relación. Existen muchos matrimonios así desparramados por aquí y por allá. la solución está en las mismas mujeres, si no son ellas las que quieren solucionar sus problemas, no hay nada que hacer.
Ahora les voy a hablar sobre un matrimonio donde no existe el respeto al otro conyuge, no hay decoro en el comportamiento delante de los hijos. me pregunto aún ¿Cómo es que siguen viviendo juntos?.
Jaime es el esposo, trabaja como chofer, si le da la gana no llega a casa a dormir, bebe siempre que puede, es infiel a la esposa. No ha tenido reparos en sacarle los cuernos a la mujer (que siempre había tenido un concepto errado de él), claro que ha sido capísimo para no hacerse agarrar infraganti. Ha intentando aparentar que era un ejemplo de fidelidad y un buen padre.
Ruth, la esposa ha soportado durante años el maltrato de Jaime, no se había atrevido a poner un alto, a valorarse un poco y no seguir soportando lo que le hacía su esposo. Una vez enterada de la constante infidelidad de él ha seguido a su lado -eso sí que es para sorprenderse-, es posible que se deba al síndrome de estocolmo doméstico, o tal vez por los hijos. Porque es costumbre que bajo ese argumento las mujeres generalmente se quedan atadas a sus maridos a pesar del maltrato que sufren.
En este caso, Ruth no ha tomado decisiones claras, porque por un lado ha dedicido no tener ningún tipo de contacto con él, ya no lo respeta y su miedo hacia él ha disminuido, si antes Jaime decía y ofendía como quería, ahora es ella quien lo hace; podemos decir que ha tenido un buen maestro. Ha tenido actitudes ambivalentes, pues en momentos de crisis toma la decisión de alejarse de él o echarlo de su lado, pero después utiliza sus artilugios para concenverla, y lo logra, porque ya son varias veces que dice en un momento: "Esto ya no va más". pero extrañamente luego cambia de opinión y lo perdona.
Por su parte, los hijos, son apegados a la madre y han sido testigos de todo el maltrato que ha soportado su madre; hacia su padre no existe ningún tipo de respeto, pues el solito, lo fue perdiendo, lo único que sigue latente es el temor de que vayan a ser maltratados por él.
Haré seguimiento a este caso y los avisaré y hay algún cambio en esta extraña relación. Existen muchos matrimonios así desparramados por aquí y por allá. la solución está en las mismas mujeres, si no son ellas las que quieren solucionar sus problemas, no hay nada que hacer.
Jaume Guinot
Gabinete de Psicologia - Colegiado 17674
Web:
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