Escrito por Dr./Dra Francisco Marín Jiménez

Entendemos por tal aquélla que consta de tres síntomas predominantes (la denominada tríada de Menière), y que no son otros que:

- La presencia de una sensación vertiginosa, que en este caso cumple los criterios de un vértigo periférico; esto es, sensación rotatoria de objetos, que se desencadena con los cambios posturales (la diferencia de éste con un vértigo de causa central requiere de una exploración no demasiado complicada, pero que, para sintetizar y no aburrir, dejaremos para otro momento). En cualquier caso, no suele tratarse de un vértigo leve; es más: no es infrecuente ver a alguien que padece este cuadro estirado en una camilla para evitar notar esta sensación tan desagradable. Este vértigo puede durar, entre horas, y varios días.

- Una hipoacusia (o pérdida de audición por parte de uno de los oídos, que suele ser el que origina todo el cuadro). Esta pérdida auditiva puede abarcar, desde poca intensidad, hasta dejar prácticamente "sordo" del oído afectado a la persona que padece un Menière. En cualquier caso, esta hipoacusia suele recuperarse después de las crisis; pero no deja completamente indemne el oído interno, sino que queda algo de hipoacusia residual.

- La aparición de acúfenos, que podrían definirse como la aparición de un pitido en nuestra audición, sin que exista ningún estímulo externo. Este pitido suele ser constante, más o menos agudo, y bastante molesto para el que lo padece.

En un 85% de los casos suele afectar a un solo oído. Y es más frecuente en personas a partir de los 30-50 años (no lo es tanto en más jóvenes).

La causa no se conoce con exactitud; pero se ha pensado, tradicionalmente, que quizás se deba a un problema en la presión de la linfa (líquido que circula libremente en el interior de los canales semicirculares (implicados en el equilibrio) y la cóclea(responsable de los síntomas auditivos)).

El tratamiento suele consistir en una mezcla de dos tipos de medicación: Los sedantes, los antivertiginosos, y los diuréticos. En el caso de los dos primeros (sedantes y antivertiginosos), no creo que sea necesario explicar nada más que que son "atenuadores" de la sensación vertiginosa que recibe el cerebro. Lo de los diuréticos es un poco más complejo, pero también sencillo de entender. Hemos de pensar que, hoy por hoy, el mecanismo que se cree que origina la enfermedad de Menière podría ser una variación en los cambios de presión de la linfa en los conductos del oído medio. En este sentido, un diurético sería bastante eficaz, toda vez que permite que esta presión disminuya. También la restricción de sal (sodio) y de líquidos puede ayudar.

Jaume Guinot - Psicoleg col·legiat 17674
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