Muchas veces el problema es sociofamiliar o educativo"
"El trastorno de hiperactividad, solo o combinado con déficit de atención, ha existido siempre aunque ahora se conoce ahora mejor y está cada vez más presente en las consultas, pero se ha banalizado", afirma Begoña Ereño, psiquiatra del Instituto Burmuin de Bilbao
BILBAO. La especialista Begoña Ereño, con más de 25 años de experiencia con niños y adolescentes, reconoce que el diagnóstico de déficit de atención e hiperactividad requiere de una buena labor de interpretación. "No hay que precipitarse y se debe realizar por un equipo multidisciplinar en el que estén implicados sicólogos, siquiatras, pediatras...", añade la especialista del centro de psiquiatría y psicología clínica en Bilbao, que cada ve en su consulta decenas de afectados por esta disfunción.
Hace unas décadas estos niños eran etiquetados como traviesos. Hoy son un problema en las consultas. ¿Los casos están sobrediagnosticados?
Es un trastorno que en distintos grados ha existido siempre. Sucede que se popularizó y se empezó a poner nombre a finales del siglo XX. Ahora los especialistas conocemos más este problema que en la carrera de Medicina no lo veíamos. Lo paradójico es que junto a una trivialización existe un infradiagnóstico.
Pero no todos los niños que se mueven mucho son hiperactivos. ¿Cómo los diagnostican?
A la consulta llegan los pequeños que no siguen las normas, no se centra, no acata la disciplina en casa y en la ikastola, o va al ritmo de sus compañeros, se pelea con ellos. Muchas veces el problema es sociofamiliar o educativo. Los especialistas -psicólogos, psiquiatras, neurólogos...- hacemos un seguimiento del problema para ver si el trastorno se prolonga en el tiempo y no está motivado por circunstancias concretas. A partir de ahí es cuando se plantea si puede existir un déficit de atención con o sin hiperactividad.
"La medicación por sí sola no basta; hay que completarlo con una terapia psicológica"
¿Es imprescindible la medicación para tratar este trastorno infantil?
La medicación estaría justificada en función de la intensidad de los síntomas. En los casos leves, no, pero sí cuando la disfunción repercute en la vida escolar y familiar. Pero por sí sola, no es suficiente. Hay que completarse con un tratamiento psicológico basado en técnicas cognitivo-conductuales, que incluye pautas a padres-madres y a colegios para facilitar el aprendizaje de autocontrol que necesitan estos pequeños. Los medicamentos en algunos casos ayudarían,
¿Qué medicamentos se utilizan para el TDAH? ¿Es de por vida?
Los fármacos que se les dan a estos pequeños no tienen como objetivo relajarles, sino ayudarles a centrar su atención y a controlar su impulsividad. Los más utilizados son el metilfenidato -un derivado anfetamínico- que aumenta la disponibilidad de la dopamina. Desde hace poco contamos también con la atomoxetina. Las pastillas no curan, pero sí pueden ayudar.
Un informe de Osakidetza alerta del "uso indiscriminado" de estos psicofármacos en la infancia
El problema radica en que no hay unanimidad entre los profesionales a la hora de abordar el Trastorno y la confusión asistencial persiste. Es cierto que puede haber un uso indiscriminado por parte de los profesionales de psicofármacos en menores. Este error es fruto de un exceso de diagnósticos, de la medicalización de la vida y de un intento de responder a la demanda de los padres y de las madres, que piden soluciones mágicas que acaben que los problemas que tienen con sus hijos. Hay que tener mucho cuidado en los diagnósticos precipitados para evitar convertirlos en adictos a las drogas en el futuro o generarles otros problemas psicológicos.
Jaume Guinot - Psicoleg col·legiat 17674
Psicologia Granollers
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