| Todos los buenos golpes comienzan en la mente. Nuestros movimientos responden a la descarga de una energía eléctrica cerebral, y no como algunos todavía piensan, se debe simplemente a la liberación espontanea de los músculos. El sistema nervioso central es el encargado de recibir la información proveniente del interior y exterior de nuestro cuerpo, y enviarla a diferentes centros nerviosos, donde se procesan y desde donde parte una orden para realizar la acción. Creemos erróneamente que la práctica y repetición de un mismo movimiento refuerza la "memoria muscular", pero no es así. Los músculos no tienen cerebro, y por lo tanto no pueden recordar nada. La memoria es una facultad del cerebro y reside en la mente. Poseemos distintas clases de memoria: sensorial, auditiva, visual, episódica, reciente, remota, etc. La memoria que acá nos interesa es la memoria de procedimiento (o implícita) la cual interviene en el aprendizaje y conservación de destrezas y habilidades, como aprender andar en bicicleta, o habilidades de un deporte. Con la repetición de un movimiento aprendemos y grabamos su secuencia inconscientemente por medio del ensayo y error. En la práctica y entrenamiento tus músculos podrán automatizar una acción, pero en momentos de presión, la encargada de realizar una buena jugada es tu forma de pensar, es decir "el no pensar", donde lo consiente debe volver a sus fuentes de aprendizaje: al juego inconsciente, sin pensamiento, sin tiempo previo. Es por eso que vemos tanta diferencia a la hora de competir y a la hora de practicar. El pensamiento entorpece la acción.
En momentos de competencia no podemos apoyarnos en el recuerdo de la"presunta memoria muscular", pues jugamos libres y quien está dando la orden de realizarlo es nuestro Yo. Las habilidades del deporte se aprenden y se localizan en el cerebro. Con el fin de grabar la memoria motora correcta, tenés que practicar el movimiento correcto en el contexto en el que lo vas a usar. "La práctica hace al maestro" es una frase perfecta, porque cuanto más repetís y haces algo, lamemoria de tu cerebro graba con rapidez lo practicado para luego indicar a los músculos llevarlos a cabo. Pero tenés que tener mucha atención en como practicás, porque la memoria muscular no juzga ni entiende si estamos haciendo bien o mal los movimiento. Si seguís practicando un movimiento mal durante tiempo vas a grabar esa secuencia, reforzando tu memoria muscular con esos errores y cuánto más lo repitas más difícil será de corregirlos. Siempre les digo a los jugadores, sobre todo a los de golf que pasan horas practicando, que si están haciendo algún movimiento incorrecto que paren, consulten al profe y lo corrijan. Es decir, no hacer los movimientos "en vacío" con la mente en blanco o desconcentrado, sólo por hacerlos y cumplir con elentrenamiento. Para ayudar al juego libre podemos tener en cuenta la utilización de rutinas o rituales que nos centran en la acción con la mente plenamente en el presente. Este es un buen método para estar concentrado en la acción. Ayuda para activar lamemoria motora correcta, facilitando la concentración en el objetivo. Por ejemplo alconvertir un penal en el rugby, realizar las mismas secuencias antes de un tiro de golf, en el tenis uno de los rituales de los tenistas es rebotar la pelota el mismo número de veces antes de cada tiro. Estas rutinas se deben entrenar de la misma manera como si estuvieras compitiendo. Si no lo ejercitás en las prácticas, los mismos nervios del partido harán que no puedas repetir su correcta secuencia. Para construir un buen recuerdo en tu mente de lo que estás practicando dale más importancia a la calidad que a la cantidad. De nada sirve tirar 100 pelotas de golf en el driving de cualquier manera, o practicar tiros a los palos, o en el line, sin una idea clara de lo que estás haciendo. Preferible poco pero bien realizado. Por ejemplo Johnny Wilkinson patea solamente diez pelotas a los palos. Si no mete las diez pelotas seguidas, comienza nuevamente la serie. Jugamos inconscientemente ya que es una habilidad aprendida y grabada en el cerebro, y es por eso que no pensamos lo que hacemos. El juego sale solo. Pero en el momento en que damos rienda suelta entre lo que hago y lo que debo nos volvemos consientes racionalizando y juzgando lo que hacemos. Lo importante es saber que tu cuerpo realiza solamente lo que tu mente desea y por eso tenemos que tener la habilidad de aclarar nuestra mente, relajar nuestro cuerpo para realizar una buena jugada.
Lic. Julia Alvarez Iguña
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