Entretener a la tropa siempre ha sido visto como una forma vital y necesaria de incentivar la moral de los efectivos militares desplegados en el exterior.
Pero ahora un nuevo estudio del King's College de Londres sugiere que estos espectáculos podrían jugar incluso otro papel, el de proteger al personal militar contra problemas de salud mental.
Desde Harry Lauder a Gracie Fields y Vera Lynn, las mayores estrellas del Reino Unido se han presentado frente a miles de hombres y mujeres que sirvieron durante las dos guerras mundiales.
Más recientemente, Katherine Jenkins, James Blunt y el comediante Jim Davidson actuaron en Afganistán, Irak y Kosovo.
Regreso a casa
Mark Cann, jefe ejecutivo de la organización de caridad Fundación paras las Fuerzas Británicas (BFF, por sus siglas en inglés), dijo que históricamente el entretenimiento siempre ha sido importante.
"Es un poco como el hogar. Rompe la rutina, la monotonía y da un tiempo para la reflexión y el disfrute".
Cann afirmó que las celebridades frecuentemente son una conexión pura entre los que están en servicio en los frentes de batalla y la población en casa.
"Lo que deja el impacto más duradero es el mensaje que está detrás del entretenimiento. La gente aprecia que una gran estrella entregue su tiempo a cambio de nada. Eso significa mucho".
Jenny Hyatt, de la red de apoyo para personal militar y sus familias conocida como la Gran Muralla Blanca, opinó que mientras las celebridades pueden darle confianza a las tropas estando con ellos en las zonas de batalla, también pueden hacer que la moral disminuya.
"Es importante para las tropas ser realistas acerca de la situación en la que están. Existe un peligro de sobreidentificarse con la gloria en vez de con el manejo diario de las necesidades psicológicas".
Primera Guerra Mundial
Hasta la Primera Guerra Mundial los artistas no llegaban hasta los campos de batalla.
Durante la Primera Guerra Mundial elevar la moral presentó problemas considerables.
Al principio del conflicto, los actores y cantantes raramente viajaron a Francia, donde las tropas estaban enfrascadas en una física y mentalmente agotadora guerra de trincheras.
En cambio, se enfocaron en elevar el espíritu cuando las tropas regresaban al Reino Unido. Pero una excepción era Harry Lauder, uno de los principales artistas del teatro musical.
"Él fue la primera gran celebridad que entretuvo a las tropas yendo a la línea del frente", dijo Edgar Jones, profesor de historia de la medicina del King´s College de Londres.
"Y tenía más significado personal porque su hijo había muerto en acción en 1916".
En una ocasión, un concierto que estaba dando Lauder en un campo de batalla tuvo que ser abandonado cuando la trinchera se vio bajo fuego.
Pese a la falta de investigaciones sobre el valor del entretenimiento provisto al personal en servicio durante la Primer Guerra Mundial, es difícil imaginarse que haya sido otra cosa que un apoyo de la moral militar durante ese terrible conflicto.
Vínculo psicológico
Para el tiempo de la Segunda Guerra Mundial, el profesor Jones dijo que la moral era considerada una prioridad, tanto que un comité especial fue establecido por el Ministerio de Guerra en 1942 para monitorear el espíritu de los soldados en el país y en el exterior.
En su nuevo informe sobre la moral y el bienestar psicológico de las fuerzas armadas británicas, el profesor Jones dice que los estudios muestran que a medida que la moral decae los problemas psicológicos aumentan. Y además hace a las tropas menos efectivas.
Las tropas agradecen que las celebridades muestren su preocupación por ellos en el frente de batalla.
"La moral es algo muy importante. Motiva lo que haces y la manera cómo lo haces. Cuando la moral decae tu pierdes la determinación y eso es contagioso".
Jones reconoce que no hay un factor único que pueda garantizar el apuntalamiento de la moral.
"Pero todos aquellos que contribuyen tendrán indudablemente algún efecto en el bienestar mental. Mientras el entretenimiento no puede dar una protección absoluta contra los problemas psicológicos asociados con la guerra, juega un papel en la protección contra problemas de salud mental".
Informes anecdóticos de la Segunda Guerra Mundial sugieren que los espectáculos de alta calidad se vinculan en un nivel emocional y dejan una impresión fuerte y duradera.
Gracie Fields, una de las mayores estrellas del Reino Unido, hizo en el pasado un llamamiento a las tropas y a los trabajadores de las fábricas porque ellos podían vincularse con su contexto de muchacha de clase trabajadora y porque adoraban sus poderosas presentaciones.
Joyce Grenfell y Noel Coward, entre otros, dieron gustosamente su tiempo para realizar presentaciones gratis en largos recorridos por campos, fábricas y zonas de batalla.
Estrés severo
Para cuando las fuerzas armadas británicas fueron desplegadas en Afganistán en 2002, el entretenimiento era visto como una manera importante de sostener la moral entre el personal en servicio, (más de la mitad del cual era menor de 27 años).
"Sin alta moral, ningún logro puede alcanzarse. No importa cuán buena pueda ser la estrategia o el plan táctico, o cualquier otra cosa."
Mariscal de Campo Bernard Montgomery, 1950
El profesor Jones aseguró que un estudio realizado entre enero y febrero de 2010, encontró que alrededor del 70% de las tropas reportaban altos niveles de cohesión en sus unidades, y que eso estaba asociado a tener mejor salud mental.
El informe también halló que los riesgos en operar bases de avanzadas y bases de patrullaje en Afganistán se diluían por la moral y espíritu de cuerpo.
Sin embargo, los problemas psicológicos y el estrés severo no son inevitables, especialmente para aquellos que han estado en múltiples viajes a la región.
La organización Combat Stress dice que los índices de desórdenes de estrés postraumático del personal que combatió en Irak y Afganistán están alrededor del 4%.
El estudio del King´s College de Londres dice que esa cifra sube al 7% para las tropas que estuvieron en el frente de batalla en Afganistán.
La fuerzas estadounidenses experimentan niveles más altos de desordenes de estrés postraumático -un 13%- debido a que sus asignaciones en el terreno son más largas y al uso de reservistas más jóvenes.
"El mantenimiento de la moral es el segundo principio de la guerra", afirma Mark Cann del BFF, que ha organizado presentaciones para las tropas británicas en el extranjero de grandes nombres como el rapero Profesor Green, el DJ Tim Westowood y los comediantes Joe Pasquale y Jimmy Carr.
Pero el entretenimiento tiene que ser de alta calidad, ajustado a una audiencia militar y presentado a las tropas en el frente de batalla, así como en otras áreas, concluyó Cann.
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