La compasión por uno mismo puede ayudar a las personas que terminan una relación, según estudio
La compasión y amabilidad hacia uno mismo, el reconocimiento de una humanidad compartida por toda la gente y la capacidad de dejar que los sentimientos dolorosos pasen, ayudan a las personas que terminan una relación sentimental a sanar las heridas emocionales y resistir las inevitables penas.
Ser amable con uno mismo, sumado a la capacidad de dejar que las emociones dolorosas lleguen y se vayan, puede ayudar a las personas que acaban de divorciarse a afrontar uno de los periodos más difíciles de la existencia, sugiere un estudio de la Universidad de Arizona (UA), en Tucson (EE.UU).
"Si rompemos con alguien, en vez de pensar que era la persona de nuestra vida, hemos de pensar que esa situación nos da la oportunidad de conocer a alguien que se adapte mejor a nosotros, de encontrar realmente a esa persona tan especial", aconseja el psicólogo clínico y risoterapeuta José Elías.
"No nos quedó más remedio que divorciarnos. Peleábamos casi todo el tiempo y por casi todo. Nuestras formas de ser y pensar, ideas, gustos eran muy diferentes. Nuestra relación comenzó a deteriorarse, hasta que la convivencia se hizo imposible. Cuando nos divorciamos, pensé que me sentiría mejor. Sentí cierto alivio, pero viví uno de las etapas más difíciles de mis 40 años de vida".
La ruptura y posterior evolución sentimental de María, la empleada administrativa que ofrece este testimonio de su divorcio, probablemente hubieran sido más llevaderas, si hubiera aplicado la "sana compasión por sí misma', una actitud que según las últimas investigaciones, ayuda a curar mejor las cicatrices psicoemocionales de la disolución del matrimonio.
La compasión por uno mismo, que consiste en ser amable con nosotros y reconocer la humanidad común que comparten todos las personas, sumada a la capacidad de dejar que las emociones dolorosas lleguen y se vayan, puede ayudar a las personas que acaban de divorciarse a afrontar uno de los periodos más difíciles de la existencia sugieren un estudio de la Universidad de Arizona (UA), en Tucson (EE.UU).
Los psicólogos de la UA, analizaron el comportamiento y las actitudes de 67 mujeres y 38 hombres, con un promedio de 40 años edad, que habían estado casados durante más de trece años y se habían divorciado entre tres a cuatro meses antes del estudio.
Los investigadores estadounidenses comprobaron que aquellos divorciados que mostraban unos niveles más elevados de compasión por sí mismos consiguieron recuperarse más rápidamente del impacto emocional negativo del divorcio.
Tras estudiar numerosas características positivas diferentes que podían ayudar a la recuperación emocional del divorcio, como la autoestima, el optimismo o la facilidad de relacionarse, los investigadores comprobaron que "solo la compasión por uno mismo predice buenos resultados", ha señalado David Sbarra, uno de los autores del estudio, profesor asociado y director de entrenamiento clínico del Departamento de Psicología de la UA.
Aunque "no es fácil proponerse sentir menos ansiedad porque no se puede cambiar la personalidad tan fácilmente, se puede cambiar la actitud ante lo que se experimenta", explica Sbarra, quien opina que si los divorciados "cultivan la compasión por sí mismos" y ven "su pérdida como parte de una experiencia humana más amplia y aceptan los sentimientos de dolor o celos sin juicios, podrían sentirse menos ansiosos y aislados".
Compasión sana
"La autocompasión sana, diferente de la actitud de sentirse víctima o procurar inspirar lástima o pena, consiste básicamente en la capacidad de sentirnos próximos al dolor de todos los seres humanos y el deseo de que estén libres de sufrimiento. Es una actitud que podemos aplicar a nosotros mismos, al reconocernos como parte de la Humanidad", señala el psicoterapeuta y profesor de yoga Raúl Vincenzo Giglio.
"Si rompemos con alguien, da igual que nos dejen, dejemos a alguien o lo hagamos de mutuo acuerdo. En vez de pensar que era la persona de nuestra vida, hemos de pensar que esa situación nos da la oportunidad de conocer a alguien que se adapte mejor a nuestra vida y a nosotros, de encontrar realmente a esa persona tan especial", aconseja el psicólogo clínico.
Ser amable con uno mismo, sumado a la capacidad de dejar que las emociones dolorosas lleguen y se vayan, puede ayudar a las personas que acaban de divorciarse a afrontar uno de los periodos más difíciles de la existencia, sugiere un estudio de la Universidad de Arizona (UA), en Tucson (EE.UU).
"Si rompemos con alguien, en vez de pensar que era la persona de nuestra vida, hemos de pensar que esa situación nos da la oportunidad de conocer a alguien que se adapte mejor a nosotros, de encontrar realmente a esa persona tan especial", aconseja el psicólogo clínico y risoterapeuta José Elías.
"No nos quedó más remedio que divorciarnos. Peleábamos casi todo el tiempo y por casi todo. Nuestras formas de ser y pensar, ideas, gustos eran muy diferentes. Nuestra relación comenzó a deteriorarse, hasta que la convivencia se hizo imposible. Cuando nos divorciamos, pensé que me sentiría mejor. Sentí cierto alivio, pero viví uno de las etapas más difíciles de mis 40 años de vida".
La ruptura y posterior evolución sentimental de María, la empleada administrativa que ofrece este testimonio de su divorcio, probablemente hubieran sido más llevaderas, si hubiera aplicado la "sana compasión por sí misma', una actitud que según las últimas investigaciones, ayuda a curar mejor las cicatrices psicoemocionales de la disolución del matrimonio.
La compasión por uno mismo, que consiste en ser amable con nosotros y reconocer la humanidad común que comparten todos las personas, sumada a la capacidad de dejar que las emociones dolorosas lleguen y se vayan, puede ayudar a las personas que acaban de divorciarse a afrontar uno de los periodos más difíciles de la existencia sugieren un estudio de la Universidad de Arizona (UA), en Tucson (EE.UU).
Los psicólogos de la UA, analizaron el comportamiento y las actitudes de 67 mujeres y 38 hombres, con un promedio de 40 años edad, que habían estado casados durante más de trece años y se habían divorciado entre tres a cuatro meses antes del estudio.
Los investigadores estadounidenses comprobaron que aquellos divorciados que mostraban unos niveles más elevados de compasión por sí mismos consiguieron recuperarse más rápidamente del impacto emocional negativo del divorcio.
Tras estudiar numerosas características positivas diferentes que podían ayudar a la recuperación emocional del divorcio, como la autoestima, el optimismo o la facilidad de relacionarse, los investigadores comprobaron que "solo la compasión por uno mismo predice buenos resultados", ha señalado David Sbarra, uno de los autores del estudio, profesor asociado y director de entrenamiento clínico del Departamento de Psicología de la UA.
Aunque "no es fácil proponerse sentir menos ansiedad porque no se puede cambiar la personalidad tan fácilmente, se puede cambiar la actitud ante lo que se experimenta", explica Sbarra, quien opina que si los divorciados "cultivan la compasión por sí mismos" y ven "su pérdida como parte de una experiencia humana más amplia y aceptan los sentimientos de dolor o celos sin juicios, podrían sentirse menos ansiosos y aislados".
Compasión sana
"La autocompasión sana, diferente de la actitud de sentirse víctima o procurar inspirar lástima o pena, consiste básicamente en la capacidad de sentirnos próximos al dolor de todos los seres humanos y el deseo de que estén libres de sufrimiento. Es una actitud que podemos aplicar a nosotros mismos, al reconocernos como parte de la Humanidad", señala el psicoterapeuta y profesor de yoga Raúl Vincenzo Giglio.
"Si rompemos con alguien, da igual que nos dejen, dejemos a alguien o lo hagamos de mutuo acuerdo. En vez de pensar que era la persona de nuestra vida, hemos de pensar que esa situación nos da la oportunidad de conocer a alguien que se adapte mejor a nuestra vida y a nosotros, de encontrar realmente a esa persona tan especial", aconseja el psicólogo clínico.
De EFE
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