Había una vez…Un señor estaba en su casa cuando decide que va a poner unos cuadros, pero primero decide pensar cuales va a colocar, tras estar un rato deliberando ya tiene decididos que cuadros poner. Se dirige a la caja de herramientas y de pronto descubre que no tiene martillo… Entonces decide pedírselo al vecino, cuando desde el fondo de la casa se dirige hacia la puerta se acuerda de que hace dos semanas cuando iba paseando por la calle no le saludo, y piensa: - Este es un arrogante, ni siquiera me saluda, de que va, no saludarme a mí! si no es un arrogante. ¿será que le caigo mal? Acto seguido, piensa de nuevo mientras retrocede en hacia el salón: - Pero que estoy haciendo! Quizá sea miope y no vea bien, si es así ¿cómo me va a saludar?, no seas tan desconfiado… Una vez habiéndolo meditado se dirige de nuevo hacia la casa del vecino, decidido a tocar su timbre, cuando de nuevo le asalta otra idea: - El otro día cuando estábamos en el ascensor me contestaba muy seco, no quería hablar conmigo, se le notaba a leguas, pero ¿de qué va?, no puede ser, tiene que tener más educación. Mientras vuelve a retroceder su cabeza sigue pensando: - Quizá tuviera un día malo, yo a veces también los tengo, y en esos días me apetece hablar menos ¿en qué me baso para pensar que le caigo mal?, tranquilízate y pídele el martillo de una vez, que no va a tener ningún problema en dejármelo, son sólo cocos míos. En este momento decidido a no volver a tras coge paso firme y se dirige a la casa, el vecino, abre su puerta, llama al vecino y cuando este abre le dice : -¡QUEDÁTE CON TU **** MARTILLO SO ****! Y se dirige a su casa. Por favor no caigamos en esta trampa de juicios preconcebidos que ya vimos los resultados. Que pasen un buen día y mejor noche. elpoderdelamente.org |
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