A clase, con una sonrisa

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Los psicólogos aconsejan recuperar las rutinas una semana antes del inicio de las clases

A. RAMIL - A CORUÑA Septiembre también equivale para ellos volver a la rutina y quizás porque tienen el doble de vacaciones que los adultos, los niños llevan mejor el regreso al trabajo. "Se adaptan a la vuelta al cole más rápidamente que los padres a su empleo y la facilidad para volver a las clases aumenta conforme lo hace la edad", señala la presidenta de la Comisión de Psicología Educativa del Colegio de Psicólogos de Galicia, Olegaria Mosqueda, quien asegura que para evitar el síndrome postvacional en los más pequeños hay que recuperar la organización habitual del hogar días antes del inicio del curso escolar y motivarles con el regreso a las clases.
Los psicólogos gallegos aseguran que todo el mundo necesita unas rutinas, que suelen desaparecer durante el verano. La clave está en recuperarlas al menos una semana antes del inicio del colegio para lograr una mejor adaptación de los pequeños. "Niños y adultos necesitan un periodo de ajuste porque hay que pasar del relax, dormir las horas que quieras, estar mucho al aire libre o jugar todo el día a las tareas que son habituales el resto del año", señala Mosqueda, quien añade: "Es preciso que siete días antes del inicio del curso se recuperen los horarios: comer y merendar a las horas que serán habituales durante el año, acostarse _antes...".
Pero para muchos, esto no es suficiente. Cuanto más pequeños son los alumnos más les cuesta volver al colegio ya que lo ven como la razón que les obliga a separarse de sus padres. En estos casos, la clave está en la motivación. "Los padres deben hablar siempre en positivo del colegio y animarles, despertarles curiosidad por el nuevo curso", indica esta experta gallega. "Hay que hacerles ver que van a volver a encontrarse con sus amigos, conocer a otros profesores, aprender nuevas cosas, pero nunca decirles que allí se lo van a pasar bien porque allí van a aprender. Además es bueno que ellos colaboren en la preparación de la mochila, del uniforme o de la bolsa de la merienda", añade.
Los problemas desaparecen cuando los niños crecen. "El caso más claro se ve en los adolescentes. Ellos que tanta importancia le dan al grupo, quieren volver a empezar las clases para ver a sus amigos. Incluso muchos que no han suspendido acuden a los institutos para ver a quienes tienen pendientes para septiembre, sólo por el reencuentro", sostiene Mosqueda.
Pero si los que llenan las aulas de Secundaria ya no temen a la vuelta al cole, para quienes no es un regreso sino la primera vez que pisan un colegio, el problema se multiplica. Ver a niños de tres años —primer curso de Infantil— llorar cuando sus madres los dejan en clase es algo habitual todos los inicios de curso. "Es muy importante que los padres familiaricen al pequeño con el colegio. Hay que llevarlo por allí y que lo vea como la extensión del hogar o la casa de los abuelos", sostiene Mosqueda, quien aconseja que el centro esté cerca de la vivienda para que el pequeño "vea en clase a niños ya conocidos, con los que coincide en el parque, por ejemplo". Los colegios también ponen su granito de arena para favorecer la adaptación de los niños y durante la primera semana aumentan progresivamente las horas de clase hasta llegar al horario habitual.
Pequeños y mayores dicen estos días adiós a las vacaciones estivales. Para recuperar las rutinas la clave está en ser positivos: sentir nostalgia del verano es normal, pero siempre que no se vea el regreso como algo negativo.

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Jaume Guinot
Gabinete de Psicologia - Colegiado 17674
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