Adictos a la competición

Origen: http://www.lavanguardia.es/gente-y-tv/

El deportista de élite necesita nuevos retos, lo que le motiva a regresar en edad madura
Unos cuantos mitos del deporte no han dudado en regresar pese a que lo dejaron en lo más alto. El éxito o el fracaso de su decisión dependerá de las motivaciones
Ganan, hasta que lo dejan y se convierten en mitos. Este es el guión habitual, pero a veces vuelven: no pueden resistir la tentación. Y a menudo, pese a la edad, triunfan otra vez. La historia del deporte atesora unos cuantos casos de regresos célebres. Michael Schumacher, que mañana volverá a pisar el acelerador de un fórmula 1 después de un parón de tres años, es el último ejemplo de una serie –no extensa– pero significativa de casos ilustres: Michael Jordan en el baloncesto, Lance Armstrong en el ciclismo, George Foreman en el boxeo, Björn Borg en el tenis o Mark Spitz en la natación, por poner algunos ejemplos.
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La decisión de regresar se reveló acertada en unas ocasiones y nefasta en otras. Algo que forma parte del juego. Pero ¿por qué estos mitos deciden volver a arriesgarse cuando lo habían conseguido todo (o casi) a lo largo de su carrera? ¿Por qué ponerse en discusión otra vez cuando podrían disfrutar de una jubilación tranquila (y millonaria)?

Es cierto que en la actualidad la esperanza de vida ha aumentado y a uno hoy en día no se le considera viejo por tener 40 años. Pero hay algo más. "Estos deportistas vuelven porque aman lo que han hecho toda la vida, porque la adrenalina que tiene la competición es más fuerte que el mero hecho de ganar o perder. Según los casos, hasta puede que no se sientan seguros con otra realidad. No es de extrañar: los momentos de las competiciones son algo que un deportista guarda en su recuerdo con amor, cariño y entusiasmo y le hacen sentir importante y realizado. Cuando has sido deportista, lo eres toda la vida y lo llevas dentro", dice Monsterrat Ferraro, ex deportista y presidenta de la Asociación Catalana de Psicología del Deporte (ACPE).

¿Son unos adictos? ¿Unos vanidosos? "Son personas que tienen un nivel muy alto de realización", matiza Olivier Martínez, director del máster de Psicología Aplicada al Deporte del Copc (Colegio Oficial de Psicólogos de Catalunya) y del gabinete psicológico

 Deportivamente.
 Después de una carrera de éxitos, estos deportistas suelen quemarse y es cuando lo dejan. Pero, según Martínez, "al cabo de un tiempo quieren demostrarse a sí mismos que pueden aguantar otra vez el estrés. Y si se retiraron por problemas de salud, entonces para ellos volver a competir es una forma de curarse, ya que esto supone poner a prueba su fe", explica. "Muchos de ellos no pensaron en su formación profesional mientras competían y por lo tanto les cuesta desconectar. Construyen una familia, tienen dinero, pero les falta algún proyecto sustitutivo. Y eso les condiciona mucho la decisión de volver", sostiene Mauro Valenciano, entrenador de baloncesto y autor del libro El entrenador y el equipo (Ed. Paidotribo). "A veces muchos de ellos regresan porque se lo piden los entrenadores o los aficionados. A estos deportistas les encanta esta forma de cortejo. Su físico también se lo pide: cuando uno lleva años entrenándose intensamente, le cuesta abandonar este hábito. Es el mismo cuerpo, que no soporta la falta de ejercicio", agrega.

Por lo general, estos regresos a la arena suelen ser de corta duración. "El deseo de recuperar los viejos inputs es auténtico y sincero, pero no dura mucho. Los deportistas descubren entonces que si lo dejaron, era por un motivo real. Es como cuando se vuelve con un o una ex: se recuerdan sensaciones y durante un periodo es agradable. Pero la base está rota y entonces, al cabo de un tiempo, la relación termina de una vez por todas".

Pese a las ganas, los regresos son una apuesta arriesgada. El físico ya no es lo que era y la temporada de inactividad puede pasar factura. Aunque a veces tampoco esto supone un problema. "Cuando has llegado a la élite, tu cabeza no necesita tanto el físico, sino motivación. Y, en este sentido, hay que distinguir la intrínseca de la extrínseca", afirma Olivier Martínez. "Con la primera, en realidad, compites contra ti mismo. Te fijas tus propios objetivos y procuras superarlos. En el segundo caso, los deportistas se basan en factores externos, como ganar más dinero. Pero esto no lleva siempre a buenos resultados", dice.

Por lo tanto, si el deportista se ha mantenido en forma, si se ha puesto al día sobre la evolución técnica, si cuenta con un equipo de apoyo, si en su disciplina no hay que recurrir a una excesiva fuerza muscular y si sus motivaciones son reales, es posible que tenga sentido volver. Pero no hay que olvidar que estamos ante personas muy especiales. Al respecto, Filippo Ceccarelli, director de Formula Medicine, centro médico especializado en cuidado y preparación de los pilotos, cuenta una anécdota que lo dice todo: "Acabo de jugar un partido de tenis de mesa con Robert Kubica y el chico –de la escudería Renault– no quería perder ni ese partidillo de pachanga. Y este espíritu de superación le acompaña a lo largo de toda la jornada". Para estos deportistas de élite, competir es vivir.

Jaume Guinot
Gabinete de Psicologia - Colegiado 17674
Web:
http://www.psicologiagranollers.es
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Blog:
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