Muchas personas creerán que este titular es algo para llamar
la atención, que es la típica frase que luego cuando ves el desarrollo de la
noticia no aparece, o no tiene nada que ver, pero este no seria el caso que nos
ocupa. Las drogas tienen tres finales, la muerte, la cárcel o una enfermedad
mental, y la única duda es cual de ellas nos va a llegar antes. Puede que el
consumo será esporádico, y no lleguemos nunca a sufrir esa enfermedad, ni que nuestro
consumo llegue a delinquir para conseguir dinero, y morir finalmente de alguna
otra cosa.
La marihuana puede desarrollar la aparición repentina de
enfermedades psiquiátricas como depresión, ansiedad y esquizofrenia, según se
desprende de todos los estudios serios que se hacen. "La marihuana
funciona como una llave, y si alguien tiene el gen dormido de una enfermedad
psiquiátrica, esa droga lo puede activar” es la frase que escuche decir a un
relevante psiquiatra mexicano, y que resumió como nadie los efectos de la
droga.
A menudo se habla de la legalización de la misma en algunos países.
Siempre se pone ejemplo a Holanda donde su consumo es legal, pero ya en 2013
registraron el nivel de atención sanitaria por problemas de adicción más alto
de la Unión Europea. Y no vale el ejemplo de Suiza donde se ha legalizado en
temas terapéuticos, porque se trata de una planta modificada para que no provoque
ningún efecto alucinógeno y evitar su toxicidad con niveles de canaboides por
debajo del 1% e una planta normal.
En su estado normal la hoja de marihuana tiene en su
interior un total de 66 cannabinoides, que son moléculas de alcoholes, de los
cuales el conocido como Delta 9 o THC es el causante de las alteraciones que
sufre quien la consume. El THC evita dolores terribles en enfermos de cáncer
terminal, y destaquemos aquí lo de terminal, puesto que en estas personas no teniendo
ya posibilidades de sanación no es un problema pensar que en un futuro
desarrollen ninguna patología mental, pues no tendrán la suerte de tener ese futuro.
También se ha venido utilizando tanto en pacientes con cáncer como enfermos
graves de SIDA para estimular el apetito y mantener la alimentación. En una
persona sana, ese consumo de THC será la causa de los daños que terminará, en
mayor o menor medida por sufrir.
A menudo se está banalizando estos daños, y incluso se inventan
estudios que pretenden minimizar los daños a largo plazo, pero esto no cambia
la realidad. Si una persona sana empieza en este momento a consumir, y en mucha
mayor medida si es alguien por debajo de los veinte años, llegará a sufrir
durante su vida como mínimo esos efectos de depresión y perdidas cognitivas más
o menos importantes, es decir un envejecimiento prematuro más o menos
importante según sea el consumo que se haya hecho. Nunca el efecto será ni
positivo ni neutro.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu aportación