El día retiro del jugador



Nos vamos acercando al último partido donde se definirá al nuevo campeón de la URBA 2010. Para muchos jugadores también será el final de una etapa ante el último partido jugado, momento para el cual no hubo un entrenamiento previo para comenzar a afrontar la vida desde otro lugar.
Me refiero al retiro del jugador o, como solemos llamarlo "el día después". Este tiempo se refiere a cuando el jugador comienza a sentir y a notar cambios en su rendimiento con respecto a años atrás, la voluntad decae y se hacen más difíciles los entrenamientos ya que aumentan las obligaciones en otras áreas de su vida como ser, universidad, factores laborales, obligaciones familiares. Las antiguas lesiones comienzan a decir presente y cuesta más su recuperación luego del desgate lógico al haber estado sometido a situaciones de fuertes contactos en el tiempo.
Todo cambio conlleva una situación de crisis, en este caso, un duelo sobre una parte de uno mismo. Significa que hay algo que ya no va a estar más, que hay algo que termina, que eso que era ya no lo va ser más, el paso de jugador al irremediable papel de "ex-jugador". Surge un sentimiento de tristeza por la pérdida de una forma de vida y debemos intentar vivir esa experiencia como una adversidad más de la que está acostumbrado todo jugador de rugby. Este acontecimiento marca el final de una historia donde el vacío que se experimenta puede ser percibido como una oportunidad para el comienzo de otra etapa: oportunidad para poder proyectar en ella la nueva imagen que está surgiendo desde este reciente rol.
Todo cambio ya sea en el deporte o plan de vida debe tener una filosofía que la sostenga. Cada ciclo de la vida es un proceso evolutivo donde luego del retiro del deporte surge la palabra vida. Supone perder una identidad para comenzar desde otro lugar. Al dejar el profesionalismo o el amateurismo, viene la vida donde el verdadero éxito es intentar nuevos caminos desde diferentes lugares.
A diferencia de otros deportes, como por ejemplo en el fútbol, muchos deportistas no se retiran sino que son dejados de lado por sus respectivos clubes, o en el golf, los profesionales son retirados del tour o abandonados por sus sponsors ante la falta de resultados. Muchos no toleran el desgaste lógico que conlleva soportar tanta presión en un torneo, largas temporadas en el extranjero, ausentarse por mucho tiempo de su familia, soportar los cortes, la espera, mantener y poder sostener una posición en el ranking.
Esto no sucede en el rugby donde el jugador decide por sí mismo qué camino seguir. Siempre encontraremos difíciles situaciones pero desde la subjetividad de cada uno la realidad que se vive es la peor, sin darse cuenta de que la vida no termina allí. El retiro es terrible también en el tenis, o en el polo donde los jugadores dependen de contratos de diferentes equipos o de patrones para jugar en el extranjero con compañeros que casi ni conocen.
 The Guardian

Foto: The Guardian

En mis sesiones con jugadores de golf, con aquellos que recién empiezan a jugar como profesionales, al proyectarlos al futuro respecto de cuales otros caminos alternativos tomarían, la mayoría responde que no pueden trasladarse a esa situación ya que están con toda esa omnipotencia donde se creen "Tiger" y la novela rosa del triunfo permanente, porque todavía no conocen las presiones que les espera.
Muchos ya tienen aprobadas algunas materias de la universidad, pero planean abandonar sus estudios para entregarse con todas sus fuerzas a esa profesión: todos sueñan jugar en PGA, viajes, triunfos, fama, sponsors, dinero, pero son pocos los que lo logran.
A veces el deporte pega fuerte, no pueden soportar tanta presión y muchos terminan abandonando. De allí la importancia de pensar que todo no es para siempre, pensar en un supuesto día después, y la importancia de poseer el respaldo de una profesión universitaria. Un claro modelo de tenacidad y ejemplo es Felipe Contepomi, quien más allá de ser un famoso deportista, terminó su carrera de medicina en Irlanda eligiendo jugar en el Leinster ya que era el único lugar donde podía terminar sus estudios. Y así fue como en el 2003 ingresó en Royal College of Surgeons y, después de cuatro duros años, rindió la última materia que le permitió obtener el título que tanto deseaba.
Muchos jugadores han encontrado esos valores de fama y prestigio desde el logro en otras profesiones, aceptando las experiencias de la vida desde ese otro lado del deporte. Todo en la vida es difícil. Nada viene dado. El éxito podrá vivirse desde otros lugares. El deportista podrá encontrar otros caminos para poder triunfar en la vida ya que sus potencialidades no finalizan con la pelota parada. Los felices recuerdos del deporte forman parte de las experiencias vividas, en un poder seguir siendo uno mismo aunque cambiemos de identidad, de roles, continuar compitiendo por la victoria sin perder la autoestima ni la forma de ser.
El retiro no debe pensarse desde la resignación y la tristeza, aunque estos sentimientos sean parte de una primera etapa totalmente esperable, sino desde la esperanza, desde la fe en el comienzo de un nuevo proyecto de vida. No es resignar, sino re-significar, poner nuevos significados ante nuevas situaciones en la búsqueda de nuevos triunfos.
No pertenecer más a un equipo no significa no jugar más. Podrá seguir perteneciendo a su club, desde otro lugar, como compañero, entrenador, medico, consultor, padre, dirigente, etc. y continuar en contacto con el deporte que se ama, con su gente, sus amigos de siempre y seguir sintiéndose cómodo y útil desde esa nueva identidad que comienza.
Lic. Julia Alvarez Iguña
Psicología aplicada al Alto Rendimiento


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